Héctor Roberto Chavero llegó al mundo un día como hoy pero de 1908, en la ciudad de Pergamino, Buenos Aires.
Hay argentinos que, gracias a su música, serán recordados por siempre. Uno de ellos es Atahualpa Yupanqui, que nació un día como hoy pero de 1908 y todavía es considerado, por muchas personas, como un emblema del folclore.
El cantautor, guitarrista, escritor y poeta llegó al mundo hace 116 años en la ciudad de Pergamino, Buenos Aires. Curiosamente, gracias a su trayectoria, su casa natal adquirió el título de patrimonio histórico.
Y, aunque falleció en Francia, hace 32 años, sus cenizas regresaron al país para ser entregadas a la tierra del Cerro Colorado, ubicado en el corazón de la provincia de Córdoba.
Tras pasar sus primeros nueve años de vida en Pergamino, Atahualpa Yupanqui se mudó con su familia a Tucumán. Allí se enamoró de la música local, al mismo tiempo que empezó a trabajar, como consecuencia del temprano fallecimiento de su padre.
Posteriormente, se convirtió en maestro de escuela, se desempeñó como tipógrafo, trabajó de cronista y, finalmente, inició su gloriosa trayectoria en la música.
Por último, durante los últimos años de la década de 1930, logró completar sus primeras grabaciones para el sello RCA Víctor, donde introdujo algunas de sus propias canciones, que luego se transformaron en grandes clásicos.
Atahualpa, que adquirió este nombre artístico en 1913, a través de un pseudónimo que utilizó para colaborar con un periódico escolar (y luego le sumó “Yupanqui”), vivió múltiples experiencias durante sus comienzos en la música.
Es decir, tras las vivencias mencionadas, logró transformarse en el compositor, intérprete y escritor de libros como Piedra Sola (1941) y la novela Cerro Bayo (1947).
Pero al mismo tiempo, debido a sus ideales, en la misma década sufrió la prohibición de sus actuaciones, persecuciones, detenciones y hasta ocho encarcelamientos.
Es por eso que no tuvo otra alternativa que refugiarse en la localidad cordobesa de Cerro Colorado y luego viajar a Europa. A partir de este momento, su fama internacional creció, ya que:
Finalmente, tras su regreso a la Argentina, Atahualpa Yupanqui viajó con su música por todo el país y fue reconocido con diversos galardones como, por ejemplo, los dos Premios Charles Cross al “mejor disco extranjero” en 1968 y 1969.
Al pensar en Atahualpa Yupanqui, es imposible determinar cuáles son sus mejores canciones. Sin embargo, no hay dudas que entre sus clásicos más grandes, que aún suenan en todo el mundo, está:
Y, como era de esperar, el impacto de sus letras y la popularidad de su música generó que sus canciones sean interpretadas por otras voces emblemáticas como la de:
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