Permaneció en construcción durante 14 años, se encuentra a 50 metros bajo tierra y tiene una extensión de 6,4 kilómetros.
A juzgar por el nombre “turístico” que le han colocado y por su tamaño, esta enorme construcción de Japón podría ser identificada, rápidamente, como un edificio de lujo. Pero, en realidad, la Catedral de Tokio, como se lo conoce en el planeta, es el canal de descarga subterráneo más grande del mundo.
Su nombre oficial es Canal de Descarga Subterráneo Exterior del Área Metropolitana y, como ya lo indica, se construyó en las inmediaciones de la capital japonesa.
Y, aunque se organizan pequeños paseos guiados para conocer las instalaciones, la Catedral de Tokio permanece cerrada al turismo durante gran parte del año, con el objetivo de poder accionar, de inmediato, ante un desastre natural.
Aunque la propuesta de construir un sistema capaz de desviar el agua durante una posible inundación, existió en Japón durante gran parte del siglo XX, recién se decidió construirlo en la última década, tras el paso del tifón Mireilles, en 1991, que destruyó más de 10.000 viviendas.
De esta manera, tras seleccionar el lugar y acceder a los permisos necesarios, miles de trabajadores iniciaron la construcción de la Catedral de Tokio subterránea, a mediados de 1992.
Finalmente, luego de 14 años en construcción, las instalaciones de este sitio, también conocido como G-Cans, se inauguraron en 2006 y, desde entonces, han sido de gran importancia para evitar cualquier tipo de inundación en el Área Metropolitana de Tokio.
En simples palabras, gracias a su capacidad y diseño, sumado a los 14.000 caballos de fuerza que tienen sus 78 bombas, este canal de descarga puede bombear hasta 200 toneladas métricas de agua, por segundo, al río Edo, y así evitar un desastre en las zonas urbanas.
Además de llamar la atención por ser el canal de descarga subterráneo más grande del mundo y su eficaz funcionamiento, que se controla desde una base central, esta curiosa Catedral de Tokio impacta por su tamaño.
Es decir, durante las reducidas visitas turísticas que se organizan en el lugar, las personas no pueden creer las dimensiones de las instalaciones, compuestas por:
Para conocer la Catedral de Tokio, el primer paso es viajar hasta el límite de las ciudades de Shōwa y Kasukabe que, como ya mencionamos, pertenecen al Área Metropolitana de Tokio.
Luego, la visita solo se podrá realizar si el país se encuentra fuera de la temporada de lluvias. De lo contrario, todo el recinto permanecerá cerrado al público.
Finalmente, en el caso de que las condiciones sean óptimas para organizar el paseo, también hay que tener en cuenta que este recorrido, con un guía que solo habla en japonés, tiene una duración de 10 minutos. Por fortuna, luego del paseo, también existe la posibilidad de conocer el embalse del lugar y un museo.
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