En la Ciudad de Buenos Aires, funcionan seis líneas de subte (A, B, C, D, E, y H) que recorren, entre todas, 56,7 kilómetros sin incluir al Premetro. En total, hay 90 estaciones entre las que también se contabilizan las que son únicamente operativas. El hecho de que el subte esté bajo tierra está naturalizado. Sin embargo, cuando llega una formación nueva los vagones ingresan desde el exterior. Existen tres puntos de la Ciudad que resuelven este misterio.
¿Cómo ingresan los vagones?
En Caballito, debajo de las vías que usaba el tranvía, hay una alcantarilla por donde, con un remolque, descienden los vagones del subte. En Parque Patricios, más específicamente en el cruce de la Avenida Colonia y Uspallata, se retiran tapas que están sobre el asfalto y una grúa realiza el mismo procedimiento. Por último, existe una rampa en la estación Federico Lacroze del subte B donde se suelen realizar este tipo de trabajos.
La línea A se creó en 1913 y es la más antigua de Argentina pero también de Latinoamérica. En aquel entonces, se construyó a cielo abierto. Para lograrlo, se cortó el tránsito desde Plaza de Mayo (punto de partida del recorrido) hasta Plaza Miserere, Once.
Al ser perjudicial para la circulación de vehículos, desde 1930, para construir estaciones de subte, se utiliza el método conocido como "cut and cover", donde se trabaja una parte en el exterior (para cavar los pozos y colocar pilotes) y el resto de forma subterránea.