La contaminación lumínica es un conjunto de emisiones de luz con intensidad alta que proviene de fuentes artificiales. El fenómeno produce una degradación de los ecosistemas, ya que altera sus estados naturales. La falta de regulación del horario de apagado y encendido de iluminaciones publicitarias, monumentales u ornamentales genera un problema cada vez más extendido. La contaminación lumínica suele darse durante la noche y cerca de las ciudades.
Efectos de la contaminación lumínica en el ambiente
La contaminación lumínica en el ambiente genera desperdicio de energía y emisiones de gases de efecto invernadero que resultan de su producción. Además genera dificultades en el tráfico aéreo y marítimo, así como también en las tareas realizadas por los astrónomos. A gran escala, la contaminación lumínica genera una pérdida de la percepción del universo.
Toda luz enviada hacia arriba o hacia los espacios en donde no es necesaria, no proporciona seguridad ni visibilidad y es un despilfarro de energía y dinero. La luz artificial excesiva se difunde por la atmósfera y puede provocar cambios persistentes en el ambiente. Por ejemplo, la exposición prolongada de los árboles a la luz artificial puede generar que crezcan en momentos antinaturales.
Efectos de la contaminación lumínica en la salud
A lo largo de la evolución humana, la luz estuvo restringida a las horas de luz solar, es decir, el tiempo que el sol permanecía por encima del horizonte. Con la llegada de la electricidad, la luz artificial se ha convertido en un contaminante importante que tiene efectos sobre la salud.
En 2012 fue publicado un estudio realizado por neurocientíficos estadounidenses que sugiere que exponerse por la noche a fuentes lumínicas, como pantallas de computadoras, televisores o celulares alteraría el ciclo de luz y oscuridad natural y provocaría desajustes que serían causa de depresión, modificaciones en el hipocampo, disminución de la densidad de las espinas dendríticas y aumento del factor de necrosis tumoral. El informe dice además que el incremento de la tasa de trastornos del humor guarda relación con el incremento de la contaminación lumínica en las ciudades. Estudios anteriores encontraron relación entre la contaminación lumínica nocturna y el riesgo de contraer cáncer de mama y obesidad.
Recientemente se ha descubierto que el uso de luces “LED” en las habitaciones es desaconsejable porque produce alteraciones en el sueño. Los posibles síntomas de la falta de sueño debido a la contaminación lumínica son el estado de inquietud, la ausencia de reposo, el insomnio, el cansancio crónico y el nerviosismo.
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