Se colocó en el límite internacional que comparten Argentina y Chile, sobre la Cordillera de los Andes.
Uno de los monumentos más históricos, llamativos y emblemáticos de Argentina, es el Cristo Redentor de los Andes, que se encuentra sobre el límite internacional que comparte la nación mencionada con Chile, en la Cordillera de los Andes.
Su historia comienza durante los primeros años del siglo XX, luego de que los países atravesaran un duro periodo de disputas territoriales, que podría haber terminado en un conflicto bélico.
Pero, por fortuna, Argentina y Chile nunca entraron en guerra. De esta manera, se inauguró el Cristo Redentor de los Andes, que identifica la paz y la buena relación entre ambas naciones.
Tras las discusiones sobre cuáles eran los límites internacionales de Argentina y Chile, los presidentes de ambos países se reunieron en el Estrecho de Magallanes y lograron, con un abrazo histórico, la finalización del conflicto, el 15 de septiembre de 1899.
En simultáneo, el dominico y obispo de San Juan de Cuyo, monseñor Marcolino del Carmelo Benavente, motivó la construcción de un Cristo Redentor para representar la unión de paz lograda, que ya había sido solicitada con anterioridad por el papa León XIII.
Rápidamente, el escultor argentino Mateo Alonso se encargó de diseñar, con bronce de cañones antiguos, esta pieza de arte, que durante sus primeros años permaneció en el colegio Lacordaire de Buenos Aires.
Sucede que, aunque el plan original era instalarla en la Cordillera de los Andes, con el correr de los años y tras la firma de los Pactos de Mayo, en 1902, el proyecto había quedado en el olvido.
Por fortuna, en el colegio Lacordaire se reunían las integrantes de la Asociación de Madres Cristianas que, por iniciativa de su presidenta, Ángela de Oliveira Cézar de Costa, impulsaron el traslado del Cristo Redentor a su ubicación actual.
El Cristo Redentor de los Andes mide 7 metros de altura y pesa, aproximadamente, 4 toneladas. Por lo tanto, trasladarlo, a comienzos del siglo XX, de Buenos Aires a Mendoza, fue un gran desafío.
Tras realizar un plan de viaje, la escultura se cargó en un tren, que cruzó el país a lo ancho y llegó hasta la pequeña localidad mendocina de Las Cuevas. Desde allí, la travesía se completó con ayuda de mulas, que se desplazaron 8,5 kilómetros hasta el límite internacional, a 3.854 metros sobre el nivel del mar.
Acto seguido, en este remoto punto de la Cordillera de los Andes se organizó la inauguración del Cristo, el 13 de marzo de 1904. La ceremonia tuvo más de 3.000 invitados y culminó con un histórico homenaje, liderado por tropas de ambas naciones.
En otras palabras, las tropas argentinas cruzaron la frontera y, en suelo chileno, entonaron el himno del país vecino. Minutos después, las tropas chilenas se posicionaron en territorio argentino y cantaron nuestro Himno Nacional.
Además de las mencionadas en párrafos anteriores, el Cristo Redentor de los Andes, que hoy, 13 de marzo de 2024, cumple 120 años en la cordillera, está repleto de características llamativas.
Por lo tanto, antes de organizar un viaje rumbo al límite internacional entre Argentina y Chile, con el objetivo de conocer esta obra de arte en persona, hay que recordar que:
En la época que se inauguró el Cristo Redentor de los Andes, este era uno de los pocos cruces internacionales disponibles sobre la cordillera, entre Argentina y Chile.
Es por eso que la zona, conocida como paso de Uspallata o paso de la Cumbre, era visitada por viajeros que se desplazaban en antiguos vehículos o en el Ferrocarril Transandino, que unió ambos países entre 1909 y 1984.
Actualmente, este cruce internacional no recibe trenes ni tampoco al mayor caudal de conductores que viajan sobre la Cordillera de los Andes, pero permanece abierto y es muy visitado por turistas de todo el mundo.
Quienes deseen conocer el paso de Uspallata y al Cristo Redentor de los Andes desde Argentina, deberán viajar hasta la localidad de Las Cuevas por la Ruta Nacional 7 y alcanzar el monumento por un camino de montaña.
Finalmente, aquellos aventureros que desean hacer la misma travesía desde Chile, la única alternativa es viajar por la Ruta 60 hasta su intersección con la Ruta E-773, que la une con la histórica escultura.
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