Se construyó a comienzos del siglo XV, recibió múltiples trabajos de mantenimiento y se convirtió en un ícono de la ciudad de Praga, República Checa.
Contemplar la belleza de cualquier reloj astronómico, es una experiencia muy especial. Pero, disfrutar el movimiento y los detalles de la estructura del más antiguo del mundo que aún funciona, es único.
Este título le corresponde al Reloj de Praga, República Checa, que se instaló sobre la Plaza de la Ciudad Vieja a comienzos del siglo XV y se conserva en perfectas condiciones.
De esta manera, con el correr de los años el reloj astronómico de Praga se convirtió en uno de los atractivos más visitados del país e incluso de toda Europa.
El reloj astronómico de Praga es un objeto histórico que diseñó el relojero Mikuláš de Kadaň junto al profesor de astronomía y matemáticas de la Universidad Carolina, Jan Šindel.
Esta pieza histórica entró en funcionamiento durante 1410 y, desde entonces, ha permanecido en el mismo lugar de la ciudad, a pesar de todos los cambios que la urbanización experimentó en los últimos seis siglos.
Es por eso que, durante un paseo guiado, los especialistas siempre le recuerdan a los turistas que están ante el tercer reloj astronómico más longevo del mundo y el más viejo que aún continúa en funcionamiento.
Aunque luego de su estreno, apareció una leyenda que hablaba sobre el “castigo” que sufriría la ciudad en el caso de que el reloj astronómico se descuide o deje de funcionar, lo cierto es que el artefacto se detuvo en más de una ocasión.
Por un lado, durante los últimos 600 años recibió múltiples trabajos de mantenimiento, así como también se le agregaron nuevos componentes en:
Y, por el otro lado, el reloj astronómico de Praga también se detuvo a mediados del siglo XX, como consecuencia de los ataques que recibió durante la Segunda Guerra Mundial.
En otras palabras, este ícono de Europa recibió daños graves en 1945 y permaneció en restauración hasta 1948, cuando volvió a funcionar en perfectas condiciones.
Por último, es importante mencionar que los últimos grandes trabajos de mantenimiento tuvieron lugar en 2018, cuando se renovó toda la Torre de la Ciudad Vieja y se instaló el mecanismo original del reloj, que había dejado de funcionar en 1860.
Es posible que, al momento de pararnos frente al reloj astronómico más antiguo del mundo que aún sigue en funcionamiento, sea difícil detectar cuáles son sus componentes.
Es por eso que, en un viaje por la histórica ciudad de Praga, los viajeros deben tener en cuenta que esta pieza histórica se divide en tres:
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