El conventillo de Don Nicola fue una historieta que supo retratar el clima de una época particular de Buenos Aires. Entre el costumbrismo y el sainete, retrataba la vida de una casa de inquilinatos del barrio porteño de La Boca.
Don Nicola hablaba cocoliche y era el responsable de la administración del inquilinato colectivo. Usaba una inconfundible gorra a cuadritos y un enorme y frondoso bigote debajo de su gran nariz. El elenco se completaba con los habitantes del lugar: el detective Buscapié, los sabios Turbina y Lamparita, el maestro Esculapio y el mago Fuyito, entre otros.
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Su primera publicación fue en 1937 en la revista Aquí está con el nombre de Conventillo 1937. Al año siguiente la tira pasó a llamarse Conventillo 1938 y con el paso del tiempo fue adquiriendo los nombres de Las grandes aventuras de Don Nicola y El conventillo de Don Nicola. Más tarde, se independizó de la revista y comenzó a publicarse en formato de álbumes y bajo el sello de Ediciones Torino.
La tira era creación de Héctor Torino, dibujante y editor de historietas que también se desempeñó como músico. Una de las cualidades que más lo destacaban era su creatividad. Tanto que llegó a tener catorce publicaciones propias. Además, creó un curso de historieta por correspondencia y se desempeñó en una multiplicidad de áreas: fue profesor, actor, director de cine, empresario teatral, pianista y decorador. Como si esto fuera poco, fue también el creador de Larguirucho, uno de los personajes que pasó del papel a la pantalla chica.