La construcción, conocida como “Ricococha Alta”, fue construida por el pueblo de los Huaylas, antes de la llegada de los Incas en 1400.
Durante décadas, distintas comunidades que se formaron sobre la Cordillera Negra de Perú, que pertenece a la Cordillera de los Andes, han tenido problemas hídricos. Pero estos inconvenientes podrían haber llegado a su fin, tras la reciente habilitación de una represa prehispánica de más de 600 años de antigüedad.
Aunque permaneció en el lugar durante siglos, expuesta a las fuertes condiciones climáticas y a la falta de mantenimiento, la represa “Ricococha Alta” se mantuvo en perfectas condiciones y es por eso que fue posible acondicionarla para cubrir las necesidades actuales.
Y, para sorpresa de muchas personas, este podría ser el punto de partida de un proyecto mucho más grande, en el que se intentará recuperar la mayor cantidad de represas prehispánicas ubicadas sobre los Andes.
La represa “Ricococha Alta” fue un proyecto que comenzaron los habitantes del pueblo de los Huaylas y terminaron los Incas, que vivieron esta región entre 1400 y 1532.
El objetivo de su construcción fue solucionar los graves inconvenientes hídricos de la época, ocasionados por un cambio climático en esta zona de la Cordillera de los Andes, que se convirtió en un lugar más cálido y seco.
De todas formas, es importante mencionar que la represa no es un caso aislado, ya que en esta pequeña región de la Cordillera Negra se estima que hay más de 200 construcciones similares.
En todos los casos, la estructura de piedra servía para acumular grandes cantidades de agua de lluvia, que los habitantes de este sector de Perú luego reutilizaban para satisfacer sus necesidades.
Como ocurrió con múltiples construcciones, la represa “Ricococha Alta” de Perú quedó en desuso con el paso de los años. Pero, en este caso, permaneció en perfectas condiciones gracias a su flexibilidad.
Es decir, la Cordillera Negra es conocida como uno de los lugares más sísmicos de los Andes. Por lo tanto, cualquier tipo de estructura superior a los 600 años habría colapsado.
Pero, como sus constructores estaban al tanto de los continuos movimientos de las placas tectónicas, aportaron todos sus conocimientos para crear una represa que tolerara los fuertes temblores.
En fin. Si bien hasta el momento se mantuvo como un punto histórico, recientemente se rehabilitó para cubrir el consumo personal de 1200 personas que viven en las comunidades de Cajabamba Alta y Putaca, además de abastecer a otras 250 viviendas de la zona y las actividades agropecuarias.
Esto es posible porque, a pesar de su antigüedad, la represa todavía puede almacenar 30.000 metros cúbicos de agua. En la actualidad contiene agua de lluvia que se acumuló entre octubre de 2022 y marzo de 2023.
Los expertos justifican que rehabilitar una represa prehispánica es más conveniente que construir una nueva porque, en simples palabras:
Es por eso que, ante el éxito de esta represa de Perú, se anunció que existen grandes posibilidades de lanzar un proyecto para estudiar las condiciones de rehabilitación de otras estructuras similares.
De esta manera, los profesionales estiman que, en un futuro a corto plazo, luego de concluir las tareas de relevamiento, podrían volver a funcionar más de un tercio de las represas prehispánicas que sobreviven en esta zona.
Fotos - Conicet.
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