Se trata del archipiélago Tristán, ubicado en medio del Atlántico Sur e integrado por cuatro islas: Tristán de Acuña, la principal y habitada que tiene 99 kilómetros de superficie, Gough, donde sólo hay una estación meteorológica sudafricana, Nightingale e Isla Inaccesible, en la cual hay restos de un volcán extinto hace 6 millones de años.
En el paisaje de Tristán de Acuña predominan los acantilados de 600 metros de altura, y en el centro se puede observar un gran volcán activo de 2000 metros. Esta isla tiene el récord Guinness al lugar habitado más remoto del planeta. En segundo lugar le sigue la isla de Santa Elena, a 2400 km de allí y la cual no tiene ningún tipo de conexión con Tristán.
La ciudad más cercana a Tristán de Acuña es Ciudad del Cabo, en Sudáfrica, y se encuentra a 2800 km. Sudamérica está a más de 3300 km.
En cuanto al pueblo de esta isla, se llama Edimburgo de los Siete Mares y se ubica en una pequeña zona donde se concentran 260 habitantes. De todos modos, los locales lo llaman "el Asentamiento".
Dado que casi el total de las personas que viven allí son descendientes de los pobladores originales, todos tienen los mismos siete apellidos: Glass, Swain, Green, Hagan, Rogers, Repetto y Lavarello.
¿Cómo llegar a Tristán de Acuña?
Una gran particularidad de este lugar es que la escasa superficie no permite que los aviones puedan aterrizar, por lo que no cuenta con aeropuerto. La única forma de acceder allí es en barco, y solo tres tipos llegar al puerto:
- Barcos pesqueros.
- El Agulhas, un barco sudafricano que pasa una sola vez al año.
- Cruceros argentinos que suelen pasar hasta dos veces al año, en un recorrido que tiene como destino la Antártida.
En esa zona el mar suele estar bastante agitado, por lo que se puede desembarcar solo 60 días en el año y los recorridos pueden retrasarse algunos días. En general desde Ciudad del Cabo un barco tarda 6 días en llegar, pero si el mar no acompaña se puede extender hasta 15 días.
Su historia
El archipiélago fue descubierto en el siglo XVI por un explorador portugués llamado Tristão da Cunha, que si bien cuando llegó a la isla no pudo desembarcar porque el mar estaba revuelto, decidió ponerle su nombre igual.
Posteriormente muchos países intentaron colonizar la isla como Francia, Holanda, Austria y Estados Unidos, pero dado que el acceso es tan difícil todos acabaron rindiéndose.
La potencia que estuvo más próxima a conseguirlo fue Inglaterra en el siglo XIX. En 1815, cuando deportaron a Napoleón a la isla Santa Elena, los ingleses creían que los franceses usarían a Tristán de Acuña para intentar rescatarlo.
Si bien esto nunca sucedió, en 1817 Inglaterra envió una tropa a ocupar la isla remota de manera temporal y así para evitar un posible asentamiento francés. Lo que comenzó siendo algo eventual se transformó en algo definitivo dado que uno de los hombres a bordo del barco, el escocés William Glass se enamoró del lugar y decidió mudarse allí con su familia y otros cuatro hombres más.
Pronto comenzaron a traer cerdos y cabras y hasta firmaron un documento similar a una Constitución en el cual se acordaba que en la isla no iba a haber hombres superiores o más ricos que otros, todos tendrían la misma cantidad de ganado y terreno, y en situaciones difíciles compartirían.
Poco a poco fueron llegando nuevos exploradores y los locales mismos también invitaban a las personas a vivir allí. Así fue como el lugar comenzó a poblarse y actualmente cuenta con casi 300 habitantes.