Japón atraviesa un gran problema debido a la disminución de su población, vinculada con la baja tasa de natalidad. Por lo tanto, se calcula que el número de escuelas abandonadas por la falta de estudiantes se incrementa todos los años.
Actualmente, expertos aseguran que el país asiático sufre el cierre de 450 escuelas públicas cada año y los edificios, que en su mayoría tienen 30 años de antigüedad, quedan en desuso.
Es por eso que, para evitar deterioros masivos o la destrucción de sus estructuras, el gobierno de Japón permitió que las instalaciones se puedan reutilizar con diferentes emprendimientos.
¿Cuáles son las soluciones más innovadoras en las escuelas abandonadas de Japón?
Gracias a la información publicada por el Ministerio de Educación, Cultura, Deportes, Ciencia y Tecnología (MEXT) de Japón, se supo que entre 2002 y 2021 un total de 8.580 escuelas primarias cerraron.
A su vez, el mismo estudio también anunció que 5.500 establecimientos de los mencionados fueron reutilizados para distintos proyectos que, en su mayoría, alcanzaron el éxito.
Entonces, aunque es imposible enumerar qué actividades se realiza en cada una de las escuelas abandonadas, sí se puede confirmar que la gran mayoría evolucionó en:
- Museos, como la escuela centenaria de la aldea de Nippaku (actual Museo Taiyo no Mori) o el del edificio del Período Taisho, dentro de la antigua escuela Oishii Gakko.
- Fábricas, tal cual ocurre con el edificio de una escuela de la ciudad de Kikuchi. El establecimiento, que funcionó como una escuela durante 137 años, actualmente es una fábrica de skates.
- Salones de eventos, como el casco histórico de la antigua Escuela Primaria Old Uwaoka, ubicada en la ciudad de Daigo.
- Instituciones turísticas. Un claro ejemplo es el acuario que se inauguró en una escuela del pueblo pesquero de Muroto.
- Restaurantes, tal cual ocurre con la cafetería de la escuela primaria Sugamori, ubicada en la ciudad de Shinshiro. La institución sirve, desde 2014, platos tradicionales del lugar.
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¿Por qué las escuelas abandonadas de Japón pueden ser esenciales para su población?
Además de su reutilización, muchas escuelas abandonadas de Japón también son catalogadas como edificios aptos para albergar a una gran cantidad de personas y brindarles la asistencia correspondiente.
Lamentablemente, esta nación está acostumbrada a sufrir fuertes terremotos, tsunamis destructivos, enormes tifones y hasta múltiples erupciones volcánicas desastrosas.
Por lo tanto, demoler las escuelas abandonadas no es una opción, ya que construir un edificio similar para asistir a cientos de afectados podría demandar una inversión de millones de dólares.
Además, muchas de estas escuelas abandonadas también se convirtieron en el hogar de ciudadanos de bajos recursos. Un claro ejemplo es el edificio de Nishiizu que, luego de permanecer cerrado durante 65 años, reabrió como una vivienda para jóvenes.
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¿Qué tan grave es el problema de natalidad en Japón?
Las autoridades de Japón son concientes de que el número de escuelas abandonadas se incrementará con el correr de los años, dado que la tasa de natalidad actual registra bajas históricas (800.000 nacimientos en 2022).
Por lo tanto, las estadísticas anuncian que la nación llegaría a 2050 con un 40% de su población compuesta por adultos mayores y, en consecuencia, miles de instituciones escolares cerradas.
Actualmente, el país tiene un total de 9 millones de alumnos matriculados en una red de 28.000 escuelas públicas primarias. Es decir, cifras muy bajas en comparación a las obtenidas en 1958: 18,6 millones de alumnos de primaria, que se distribuían en 40.000 escuelas públicas.