Según el Museo Virtual del Transporte Argentino, el primer boleto de colectivo del que se tiene registros data de 1932 y fue implementado por la línea 60 que, inicialmente, usaba el número 31.
Sin embargo, la medida duró poco: los entonces choferes se resistieron a usar este método y nuevamente se volvió al sistema antiguo. Por lo tanto, los viajes se cobraban al descender del colectivo.
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Fue recién en 1942 cuando la Corporación de Transportes de la Ciudad de Buenos Aires los introdujo nuevamente. En esta etapa, los colectiveros arrancaban el viaje una vez que habían cortado y entregado todos los boletos. Cuando el pasajero finalizaba su recorrido, debía entregarlo en mano y abonar la tarifa.
En las empresas de transporte privadas el uso de boletos comenzó en 1943. Ya para 1945 se dispuso que los viajes se pagaban al ascender al colectivo, algo similar a lo que ocurre en la actualidad.