En Los Andes peruanos, a más de 5.000 metros de altura sobre el nivel del mar, se encuentra La Rinconada y es la ciudad más alta del mundo.
Este poblado de 30.000 habitantes se ubica dentro de la jurisdicción de la provincia de San Antonio de Putina, en el Departamento de Puno, Perú. La única forma de acceso a esta comunidad es a través de vehículos todoterreno, preparados para el suelo hostil, porque además se encuentra ubicada sobre un glaciar congelado.
La economía de esta población se sustenta sobre una única base: la explotación de las minas de oro que se hallan en las montañas. Sin embargo, dada la baja calidad de vida y las duras condiciones climáticas este lugar uno de los más pobres del mundo.
En relación a las temperaturas, estas suelen rondar entre los -11°C y 6°C, y en invierno pueden descender a -13°C.
Problemáticas de La Rinconada
Este poblado presenta un conjunto de problemáticas que van en sintonía con sus características tan particulares. En primer lugar, como se encuentra a tanta altura, el oxígeno apenas llega y de hecho uno de cada cuatro pobladores suele desarrollar el síndrome de la montaña. Se trata de una condición médica que genera mareos, dolores de cabeza, zumbidos, palpitaciones con insuficiencia cardíaca y, en muchos casos, la muerte.
Otro gran problema que acecha al lugar tiene que ver con el principal sustento económico de la población: la actividad minera no está regulada, ni existen nóminas al uso, ni hay intervención del Gobierno peruano. La mayoría pertenece a pequeñas empresas que operan bajo contratos informales y no se preocupan por el impacto que esa actividad puede tener en las personas y el medio ambiente.
A su vez, como la ciudad no cuenta con recolección de basura, esta domina el paisaje. Y en relación a la contaminación de mercurio que genera la extracción minera, el lugar cuenta con muy poca agua potable que al encuentran cerca del glaciar La Bella Durmiente.