Cubre una superficie de 2.200 hectáreas, forma parte del parque nacional Los Alerces y desagua en el océano Pacífico.
No hay dudas de que el invierno en la Patagonia es mágico, gracias a las enormes nevadas. Sin embargo, el verano también es una época ideal para visitar esta región del país y nadar en algunos de los espejos de agua turquesa más pintorescos, como el lago Rivadavia.
Ubicado en la provincia de Chubut, este lago sorprende con sus 2.200 hectáreas de superficie y el color de su agua, que en algunos puntos es completamente transparente y permite observar el fondo sin la necesidad de sumergirse.
Y, aunque en las inmediaciones del lago Rivadavia solo hay campings, los turistas disponen de otras opciones de alojamiento en las cercanas localidades de Chubut.
Como era de esperar, quienes nadan o navegan en kayak sobre el lago Rivadavia, tienen la posibilidad de contemplar las enormes montañas, con picos nevados, que cubren el horizonte.
Pero, al mismo tiempo, en las inmediaciones de este espejo de agua también es fácil descubrir los enormes bosques, repletos de lengas y coihues, donde la naturaleza es protagonista.
Por otro lado, este sitio también es muy concurrido por viajeros que desean descansar en un entorno tranquilo y bien conservado. Sucede que, ante la inexistencia de pueblos sobre la costa del lago, el paisaje se mantiene limpio y prácticamente sin modificaciones.
Finalmente, también es importante aclarar que su estado es consecuencia de su ubicación. El lago Rivadavia integra, casi en su totalidad, el famoso parque nacional Los Alerces.
Hasta el momento hemos mencionado que el lago Rivadavia es famoso por sus playas de agua turquesa, las enormes montañas que lo rodean, los bosques linderos y su increíble estado de conservación.
Pero, como si estas características no bastaran, este espejo de agua también tiene otros detalles dignos de analizar. Es decir, antes de emprender un viaje para visitar este destino, hay que tener en cuenta que:
Si bien el lago Rivadavia tiene una ubicación remota, un sector de su costa está pegado a la Ruta Provincial 71, que lo une con la localidad de Trevelin, al sur, y con la histórica Ruta Nacional 40, al norte.
En otras palabras, este espejo de agua se formó lejos de las grandes ciudades pero, al mismo tiempo, es muy accesible por la existencia de los caminos mencionados.
Además, y como ya hemos mencionado, su cercanía con Villa Lago Rivadavia (8,5 kilómetros) y con Cholila (24,8 kilómetros) amplía las opciones de alojamiento para los viajeros que desean conocerlo.
Entonces, quienes no desean dormir en los campings disponibles a metros de la orilla, podrán optar por cabañas o pequeños hoteles, instalados en los pueblos mencionados.
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