La provincia de Buenos Aires está llena de pueblos y pequeñas localidades que encierran grandes secretos y maravillas. En la Costa Atlántica, lejos de las grandes ciudades como Mar del Plata o Pinamar, pueden encontrarse playas sumamente solitarias, verdaderos remansos de tranquilidad.
La chiquita
La chiquita es la playa más solitaria y agreste de la provincia de Buenos Aires. Ubicada en el Partido de Villarino, está bastante escondida y su acceso no es sencillo. Sin embargo, es un balneario joven que está actualmente en crecimiento.
El paisaje de este balneario solitario y tranquilo se caracteriza por sus amplias playas y las grandes dunas. La naturaleza agreste domina el lugar y el silencio se hace presente, ideal para desconectarse por completo. Las aguas del mar son cristalinas y las olas llegan mansas a la orilla. Una postal idílica que invita a dejar de lado las preocupaciones y descansar. Hay pocas casas. Durante el año viven solo cinco habitantes estables. Y en verano nunca hay muchas personas. La señal de telefonía es nula y los recursos, como el agua potable y la luz, son escasos. Hay alumbrado público pero no todas las casas tienen energía eléctrica, algunas optan por energía solar. Cuenta con una sociedad de fomento que trabaja para mejorar las condiciones e infraestructura.
Para llegar se debe tomar la Ruta Nacional 3, hasta la altura de la localidad de Hilario Ascasubi (Km. 793) y luego tomar un camino de tierra de 70 kilómetros que desemboca en esta playa desolada.
Los Pocitos
Casi en el límite con la provincia de Río Negro, en la Bahía de San Blas, se encuentra este paraje que comenzó a desarrollarse en la década de 1930. Está a unos 80 kilómetros de la ciudad de Carmen de Patagones y fue creciendo con el paso de los años. Hoy cuenta con cabañas y departamentos para alquilar, mercados y baños públicos.
El paisaje de aguas turquesas se complementa con el muelle que permite caminar y adentrarse en el mar. El lento ondular de las olas y el sol que brilla terminan de configurar una postal ideal para relajarse. Posee una variada vegetación. En la localidad viven aproximadamente 60 personas y todo es tranquilidad. Hay solo un puñado de casas y los habitantes viven alejados de los problemas de las grandes urbes y sin señal de telefonía celular.
Conocido como el “caribe bonaerense” por sus playas amplias de arena calcárea blanca y mar turquesa, las aguas son tranquilas por la posición estratégica en la bahía. En sus playas se encuentran los bancos de ostras más extensos de la región, un recurso muy codiciado a nivel internacional y el elemento más representativo del lugar. Cada mes de enero se celebra la Fiesta Provincial de la Ostra con degustación de diversos platos típicos y diferentes actividades recreativas y culturales.
El acceso se logra en primera instancia por la Ruta Nacional Nº 3 hasta el Km. 918, lugar donde se encuentra emplazada la nueva rotonda. Desde allí, tras recorrer unos 40 Km. por camino de ripio consolidado, se llega a la villa balnearia.
Los Ángeles
En Los Ángeles apenas viven veinte personas y ubicada a 30 kilómetros al sur de Necochea. Una de sus particularidades es que acá se combina el escenario marítimo con el rural porque es común ver pastar a las vacas y a los caballos en las dunas, con el mar como telón de fondo.
Se accede por un camino de tierra. Las casas se ubican recostadas sobre los grandes médanos. Prácticamente no hay señal ni de telefonía celular ni de internet. Y existe un único local donde comprar provisiones. Además, hay una escuela rural y una vieja hostería abandonada. Cada día los pescadores artesanales salen a alta mar y regresan por la tarde.
Las playas son muy amplias y hay una bahía que separa el sector balneario de un sector rocoso, donde se erige la denominada “cueva del tigre” un refugio natural que se formó por la erosión del mar y que, dicen, funcionó como escondite de un bandido rural al que apodaban el “Tigre de Quequén”.