Las puertas del infierno es el nombre que recibe un cráter de gas ubicado en Darvanza, Turkmenistán, que se formó en 1971 tras una fuga accidental de gas metano y aún continúa ardiendo.
Este pozo, que se encuentra en una región desértica del país y hasta el día de hoy los geólogos siguen intentando descifrar cómo se creó y por qué se mantuvo en llamas durante más de 50 años.
Y, debido a que es un fenómeno único en el mundo, las puertas del infierno también se han convertido en un interesante punto turístico para viajeros locales e internacionales.
¿Cómo se puede llegar a las puertas del infierno?
Antes de hablar sobre las características del cráter y su historia, es importante señalar que visitarlo es bastante complicado por un sinfín de motivos.
Es decir, por un lado Turkmenistán es uno de los países que más restricciones coloca al turismo internacional. Por lo tanto, para ingresar a la nación se tendrá que seguir un protocolo más intenso que el establecido por otros destinos.
Y el segundo motivo principal por el cual mencionamos que visitar las puertas del infierno es complicado, está vinculado a su ubicación. Sucede que este atractivo se encuentra en el medio de un desierto, a 260 kilómetros de la ciudad más cercana.
El cráter en llamas se formó en una zona remota en donde prácticamente no hay opciones de alojamiento ni mucho menos otros servicios solicitados por un turista tradicional.
Entonces, quien lo visite deberá tener en cuenta estas características y aceptar que la opción de hospedaje más frecuentada en el lugar es acampar en medio del desierto.
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¿Cuáles son las características de este cráter en llamas?
Como se puede observar en imágenes, la puerta del infierno es un enorme pozo en llamas, que tiene una circunferencia casi perfecta y, según los estudios más avanzados, se formó hace 51 años en la provincia de Darvaza.
No hay dudas de que su característica principal es que se mantuvo en encendido durante medio siglo. Pero, al investigar en detalle, también es posible descubrir que el cráter de gas Darvaza:
- Tiene un origen desconocido.
- Cuenta con una profundidad de 30 metros.
- Tiene un diámetro de 69 metros.
- Se encuentra en medio de una de las reservas de gas más importantes del mundo.
- Comparte la región con un cráter de agua y un cráter de barro, que también se han convertido en atractivos turísticos.
- Fue explorado en profundidad por primera vez en 2014, cuando George Kourounis se convirtió en la primera persona en poner un pie en el fondo del cráter.
¿Cómo se crearon las puertas del infierno?
A pesar de que profesionales de todo el mundo llevan décadas estudiando las puertas del infierno, aún no hay una teoría oficial de por qué se creó ni en qué año surgió.
De todas formas, la hipótesis más certera indica que hace 70 años un equipo de geólogos instaló una plataforma de perforación para evaluar cuánto petróleo había en la zona, sin saber que las instalaciones se construyeron sobre una enorme bolsa de gas.
Entonces, a mediados de 1960 la tierra no soportó más y cedió para dar lugar a un enorme cráter y enterrar la plataforma en las profundidades. Por suerte, no hubo víctimas fatales.
Finalmente, al notar que la fuga de gas metano no se detenía, otro equipo de profesionales recurrió en 1971 a prender fuego el cráter. Acto seguido, las llamas ganaron protagonismo en el pozo y nunca más se extinguieron.
Durante los años posteriores el sitio se mantuvo como un punto desconocido en el mapa, hasta que durante la primera década del siglo XXI ganó popularidad y se convirtió en una atracción turística.
Y, a pesar de que el ex presidente de Turkmenistán Gurbanguly Berdimuhamedow ordenó cerrar el agujereo en 2010, la solicitud perdió fuerza luego de que en 2013 todo el territorio en donde se encuentra el pozo fue declarado reserva natural.
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¿Qué sucederá a futuro con las puertas del infierno?
Las puertas del infierno cada vez son más famosas y, como consecuencia de ello, la cantidad de turistas que las visitan se incrementa todos los años.
Sin embargo, las autoridades de Turkmenistán tienen muy en cuenta que este sitio puede ser peligroso para los seres humanos porque es impredecible y, además, emana gases que pueden afectar a la salud de cualquier persona.
Es por eso que, luego de 51 años, en 2022 el país encargó a una comisión para encontrar una solución inmediata e intentar extinguir el fuego para siempre. Pero, de momento, se mantiene encendido.