Close-up of a mosquito on human skin
Diversos factores influyen en su atracción hacia ciertas personas, incluyendo el calor, la humedad y, sobre todo, olores corporales. Las enfermedades virales y microbios pueden alterar estos olores, volviendo a las personas más atractivas para los mosquitos.
Los mosquitos son los animales más mortíferos del mundo para los seres humanos, responsables de alrededor de 725.000 muertes (según datos del año 2018). Para combatir este problema, la Asamblea Mundial de la Salud aprobó en 2017 la "Respuesta global para el control de vectores (GVCR) 2017-2030". Esta iniciativa busca fortalecer el control de vectores como los mosquitos para prevenir enfermedades y responder a brotes infecciosos. Entender por qué los mosquitos pican más a unas personas que a otras es fundamental para disminuir el riesgo de propagación de enfermedades.
Aunque los mosquitos machos y hembras podrían vivir sin picar, las hembras necesitan sangre para completar su ciclo reproductivo. Diversos factores influyen en la atracción de los mosquitos:
Identificado hace casi un siglo como atrayente, el CO₂ se utiliza para atrapar insectos hembra en busca de sangre para la producción de huevos. Sin embargo, los niveles de CO₂ no explican por qué los mosquitos prefieren a una persona sobre otra.
También juegan un papel en la atracción de los mosquitos.
Son el factor más importante. Moléculas como el indol, el nonanol, el octenol y el ácido láctico son los principales sospechosos.
Investigaciones recientes sugieren que los virus del dengue y el zika alteran el olor de ratones y humanos infectados para hacerlos más atractivos a los mosquitos. Esto facilita la transmisión del virus al aumentar las posibilidades de que el mosquito pique al huésped infectado y luego transporte el virus a otro individuo.
La acetofenona, una cetona aromática, es la clave de este proceso:
El tratamiento con isotretinoína en ratones infectados con dengue reduce la emisión de acetofenona y, por ende, su atractivo para los mosquitos.
Otro ejemplo es el parásito de la malaria, Plasmodium falciparum, que hace a las personas infectadas más atractivas para el mosquito Anopheles gambiae.
Comprender estos factores ayudará a determinar y disminuir el riesgo de propagación de enfermedades infecciosas transmitidas por mosquitos.
(c) The Conversation / Raúl Rivas González (Universidad de Salamanca) / imagen: Freepik
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