Tanto en Argentina como en el mundo, las mujeres ocupan cada vez más roles relevantes en las distintas áreas técnicas. En esta oportunidad, tres profesionales de la energía nuclear nacional nos comparten su experiencia dentro del sector.
Orgullo. Un denominador común en la experiencia de Virginia Gemini, Laura Cazal y Patricia Pedernera como colaboradoras de Nucleoeléctrica Argentina. Tres mujeres con distintas profesiones, trayectorias y vivencias, que manifiestan el mismo sentimiento: aman lo que hacen. Trabajan en un ámbito históricamente vinculado con habilidades “masculinas” y con más o menos conciencia sobre la importancia de su rol en la transformación de la industria, son parte de un cambio que abre las puertas hacia el futuro.
Nucleoeléctrica Argentina S.A., también conocida como NA-SA, es la empresa pública encargada de la operación de las tres centrales nucleares en funcionamiento de Argentina: Atucha I, Atucha II y Embalse. Las dos primeras están ubicadas en la localidad de Zárate, Provincia de Buenos Aires, mientras que la última se encuentra en Embalse, ciudad de la que obtuvo su nombre, en Córdoba.
A lo largo de varias jornadas tuvimos la oportunidad de dialogar con tres colaboradoras de NA-SA, que se desempeñan en roles estratégicos dentro de la empresa, para conocer en primera persona cómo es trabajar en este sector siendo mujeres.
Para que cada vez haya más mujeres ocupando roles en áreas técnicas, es fundamental fomentar su desarrollo profesional en el campo. En Nucleoeléctrica Argentina, muchas de sus colaboradoras ocupan roles de liderazgo en áreas estratégicas para la operación de las tres centrales nucleares.
Virginia Gemini, Bioquímica y Doctora en Higiene y Sanidad, es Jefa del Departamento de Asistencia Técnica y Mejora Continua de la Central Nuclear Atucha. Laura Cazal trabaja en la Central Nuclear Embalse, en el rol de Jefa del Departamento de Inspecciones, que pertenece a la Gerencia de Servicios para Centrales. Patricia Pedernera es Ingeniera Mecánica y se desempeña como Subgerente de Seguridad Nuclear y Licenciamiento, en la Gerencia de Regulaciones Nucleares, Seguridad y Salvaguardias.
Si bien Virginia, Laura y Patricia trabajan en la misma empresa, sus áreas de expertise son muy distintas entre sí, al igual que sus actividades en el día a día. Aún así, las unen las coincidencias. Además de concordar en la pasión y el amor por lo que hacen, las tres aseguran que el cupo femenino es cada vez mayor en la industria. “Cuando ingresé no había mujeres, por ejemplo, en la sala de control. Hoy en día sí. Yo siento que la mujer está ocupando un rol cada vez más importante en la planta. Es muy bueno y gratificante”, explica Virginia.
Por su parte, Laura Cazal fue la primera mujer en obtener la calificación QDA en corrientes inducidas dentro de Argentina. “No puedo ser la única”, recuerda que pensó en ese momento. Como líder del departamento en el que se desempeña, hizo propia la iniciativa de sumar más mujeres al equipo. "Se acompañó esto de incorporar más chicas en el área técnica y sí, se han sumado muchas, muy buenas especialistas”, expresa Cazal al respecto.
Incluso en la zona, desde nuestra empresa tratamos de fomentar que en las escuelas técnicas también sea una elección de las chicas el área técnica o las carreras relacionadas con esas áreas.
Laura Cazal, Jefa del Departamento de Inspecciones en la Central Nuclear Embalse.
La experiencia de Patricia Pedernera, sin embargo, es distinta. “Yo tuve la suerte de ingresar en una Gerencia en la que siempre fuimos muchas mujeres, la gran mayoría”, comenta en diálogo con Billiken. Aún así sostiene que no ocurre lo mismo a nivel empresa, pero su visión a futuro es optimista y demuestra el cambio que atraviesa la industria: “Cada día hay más mujeres que ingresan. Cada día tenemos un lugar más cómodo, si se quiere. Hoy por hoy tenés gerentas mujeres, tenés un montón de posiciones relevantes. Cada día hay más lugares ganados y hay más espacios donde somos escuchadas. Creo que cada día va a ser un poquito más”.
El orgullo que sienten estas tres mujeres al hablar sobre su trabajo no es casual. Al indagar en el motivo, queda más que claro que es producto no solo de un objetivo profesional alcanzado, sino también de un sueño cumplido. “Mi interés en la producción limpia de energía me llevó a querer aplicar y trabajar en Atucha. Fue así que envié mi curriculum y fui seleccionada”, afirma Virginia sobre su llegada a la central nuclear.
En el caso de Laura, Nucleoeléctrica y la energía nuclear son parte de su vida desde siempre, quizás incluso antes de entenderlo como una potencial profesión o de pensar en capacitarse para entrar en la industria. Sin ir más lejos, su pasión por el trabajo que realiza hoy en día surgió como un juego. “Mi papá estuvo relacionado con la energía nuclear. Desde muy chiquita mi sueño era trabajar en esta empresa”, manifiesta acerca de su motivación para ingresar en NA-SA.
Veía planos en casa, pintaba los tubos que había que inspeccionar. Desde ahí se me despertaron las ganas de dedicarme a esto que tanto amo.
Laura Cazal, Jefa del Departamento de Inspecciones
En el caso de Patricia, la historia es similar. Gracias a un trabajo escolar, a los 11 años conoció la central nuclear Atucha y desde ese momento, supo que formaría parte de su futuro. “Yo decía ‘Voy a trabajar ahí’. Un día entré acá y fue como ‘Wow, ¿dónde llegué?’. Entré como pasante, estudiaba todavía”, recuerda. “Estuve estudiando muchos años, tengo una hija grande, así que era un poco complejo esto de estudiar y ser mamá al mismo tiempo, llevar adelante la casa”, explica sobre su experiencia como mamá y profesional. Este aspecto también estuvo presente en el relato de Virginia, mamá de mellizos de doce años. “Es muy desafiante, porque combino la maternidad con el trabajo”, expresa.
Hoy por hoy yo te digo ‘amo mi laburo’. Amo lo que hago desde el día que entré hasta hoy. La pasión y el saber que del otro lado están operando y está todo bien, es fantástico.
Patricia Pedernera, Subgerente de Seguridad Nuclear y Licenciamiento
El testimonio de las mujeres que trabajan a diario en la energía nuclear argentina arroja luz sobre una problemática que aún hoy en día presenta una multiplicidad de incógnitas. Sin lugar a dudas, cada una de ellas manifiesta una visión optimista, personal y sincera sobre la participación femenina dentro de la industria en la que se desempeñan.
Desde la perspectiva empresarial, Nucleoeléctrica Argentina ha incorporado diferentes medidas que buscan promover la plena igualdad laboral. Desde su Subgerencia de Igualdad y Diversidad se diseñó un plan de acción orientado a reducir las desigualdades de género existentes, implementando entre otras acciones, medidas para asegurar la diversidad del talento dentro de su personal y lograr que poco a poco las oportunidades sean las mismas para todas las personas.
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