El artefacto fue pionero en la aeronavegación de nuestro país, aunque tuvo un final trágico y rodeado de misterio
Este globo aerostático, bautizado "Pampero", realizó su primer vuelo en Argentina el 25 de diciembre de 1907. Sobrevoló el Río de la Plata, conectando Argentina con Uruguay. Además de esta increíble travesía, desapareció el 17 de octubre de 1908 en una nube de misterio y dudas. Sus tripulantes y el globo nunca fueron hallados.
Lo compró en el país europeo el millonario Aarón Anchorena en 1907, y lo hizo traer al país. Aarón provenía de una familia muy adinerada, y le gustaban los deportes: era jinete, marino y piloto.
El 24 de diciembre de ese año comenzó con su plan para hacer volar a Pampero: en el actual Campo de Polo de Buenos Aires (en ese momento Sociedad Sportiva Argentina) empezaron los preparativos para el viaje llenado de gas al globo.
El proceso de inflado fue complejo, y para el día 25 aun no estaba completo, pero pese a las recomendaciones para que suspendiera el viaje, Aarón decidió levantar vuelo. Junto a Jorge Newbery, piloto aficionado a volar como él, Anchorena dio la orden de largada y el globo ascendió hasta los 150 metros, y lentamente se dirigió hacia el río, hasta perderse de vista.
Las horas de incertidumbre transcurrieron entre el público, esperando noticias de los tripulantes. Los mismos, cuando llegaron a los 3000 metros comenzaron el descenso. Una vez sobre tierra firme y a unos 20 metros de altura, se iniciaron las maniobras de aterrizaje.
"Para disminuir la velocidad de la caída, arrojaron todo el lastre y cuanto quedaba en la barquilla: los instrumentos, una valijita, un cesto y hasta la máquina fotográfica que llevaba Newbery. Sin embargo, no pudieron evitar el impacto seguido de unos 200 metros de arrastre a través del campo de la estancia del señor Bell, en Conchillas, Uruguay", cuenta La Nación. El vuelo duró 2:05 horas, tal como informaron Anchorena y Newbery en su telegrama, junto a un mensaje que indicaba el éxito de la hazaña.
Luego de la travesía Pampero fue donado al recién creado Aero Club Argentino, y fue utilizado varias veces hasta que un año después, en octubre de 1908, Eduardo Newbery, el hermano de Jorge, decidió usarlo para volar en él hasta Mendoza.
Su compañero sería otro deportista de la época, el británico Thomas Owen. Pero el día pactado para el vuelo no se presentó, y su lugar fue ocupado por Eduardo Romero, un sargento que se ocupaba de proveer las palomas mensajeras.
Levantaron vuelo por la tarde y se los vio pasar en su viaje hacia el oeste por las localidades de San Martín y San Miguel, pero luego de eso, no hubo más noticias de ellos. Una de las palomas mensajeras regresó, pero sin ningún mensaje. Envolviendo con un halo de misterio el último viaje del famoso globo.
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