Son conocidas como “balasto”, se utilizan en enlaces ferroviarios de todo el mundo y aportan un sinfín de beneficios.
Cualquier persona que viva cerca de un recorrido de trenes, así como también un sistema de Subte (o metro), probablemente hayan observado, en más de una ocasión, las pequeñas piedras que se colocan por debajo y alrededor de las vías.
Y, a pesar de que muchos imaginan que se colocan para decorar el trazado, lo cierto es que cumplen múltiples funciones para mejorar la calidad y la seguridad del transporte público.
Sin embargo, como se ha comprobado, tienen una característica negativa muy fuerte, que motivó a su reemplazo por el hormigón en el caso de los trenes de alta velocidad.
En primer lugar, es importante tener en cuenta que las piedras colocadas en las vías del tren son todas iguales. Es decir, se denominan “balasto” y pueden tener un diámetro que varía de 4 a 15 centímetros.
Estas son un tipo de árido, que también se las puede observar con frecuencia en construcciones, trabajos de pavimentación o como material industrial.
El hecho de que todas las piedras que se utilizan en vías férreas sean balasto, no es una casualidad. Luego de largos estudios, se determinó que el material de esta roca en particular tiene excelentes repercusiones sobre las formaciones de pasajeros y de carga.
Por lo tanto, aunque no llaman la atención, este tipo de piedra es muy especial porque permite que:
Como hemos mencionado, el balasto son las piedras que frecuentemente se observan debajo y alrededor de los durmientes que utilizan trenes de pasajeros y de carga que circulan a baja velocidad.
Pero, quienes hayan tenido la posibilidad de conocer el trazado de hormigón instalado para trenes de alta velocidad, podrán confirmar que en estos casos no hay una sola piedra.
Esto sucede porque el balasto, al entrar en contacto con la rueda de los trenes, puede salir disparado a gran velocidad y dañar la formación del tren o romper una instalación cercana.
Y, si bien en los trenes tradicionales esto no se puede evitar, sí se modificó en el caso de los trenes de alta velocidad porque, de lo contrario, la piedra podría representar un peligro extremo.
Finalmente, también es importante aclarar que el balasto no es reemplazado en todas las vías del mundo por un motivo económico. Es decir, construir un trazado de hormigón es mucho más caro que uno con piedras.
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