Cuando hablamos de las manzanas de ciudad, hacemos referencia a los bloques en que se organiza un espacio urbano. Es decir, esas porciones cuadradas que están limitadas por cuatro cuadras, en las que se construyen casas, edificios o parques.
El encuentro entre cuatro manzanas es lo que conocemos como "ochava", donde suelen ocurrir muchos accidentes de tránsito. Si no hay semáforos y dos autos siguen de largo sin ver al otro, lo más probable es que choquen y terminen sobre la vereda contraria.
Pero si este diseño de ciudad es problemático, ¿por qué la mayoría de las ciudades del mundo lo aplican? ¿Y por qué no pueden ser distintas las ciudades?
La historia detrás de las manzanas de ciudad cuadradas
Lo cierto es que la historia de cada ciudad es única. Algunas se conformaron a lo largo de siglos, como Roma (Italia), y otras posiblemente están listas en cincuenta años, como en el caso de The Line (Arabia Saudita).
Sin embargo, más allá de la historia particular, hay un patrón que se repite en muchas zonas urbanas: su esquema de cuadrículas en el que las calles se cruzan a 90 grados con otras. Tanto la ciudad de La Plata, Barcelona o Ciudad de México se guían por ella. Entre los motivos, están:
- Su facilidad al momento de planificar, trazar y construir. La geometría regular de los bloques cuadrados hace que la división del terreno y la construcción de edificios sean más sencillas y eficientes.
- Su patrón tradicional, que se remonta al momento posterior a la Revolución Industrial (mediados siglo XVIII) y que se mantiene por costumbre.
- Su gran adaptabilidad, sobre todo al trasladarse de un lugar a otro en línea recta.
También te puede interesar > La Plata: la ciudad "perfecta" que fue planificada en el siglo XIX
¿Por qué hay pocas manzanas de ciudad que son hexagonales?
A pesar de que loas manzanas de ciudad en forma de hexágono ofrecen ventajas en términos de seguridad vial, uso del espacio y reducción de la longitud de las calles, no pudieron ganarle a la tradición de la cuadrícula.
La resistencia al cambio es uno de los principales factores. Aunque algunos arquitectos y urbanistas promovieron diseños basados en hexágonos, como Charles Lamb, Rudolph Mueller y Nulan Koshan, sus ideas no llegaron a ser el estándar.
También te puede interesar > Almería: la única ciudad del mundo entre dos placas tectónicas
Además, los hexágonos no permiten crear calles sin salida o "cul de sacs", como si diría en francés. Y dado que estas se pusieron de moda sobre todo en Estados Unidos, difícilmente iba a abandonarse el modelo de manzanas cuadradas.
Por último, un problema sobre el que aún se siguen buscando soluciones es el de los patios internos. Como los bloques hexagonales tienden a generar lotes de terreno que se acortan en el centro, se forman grandes patios delanteros y pequeños patios internos. Por lo general, se prefiere el formato inverso.
¿Qué ciudades son distintas?
Hay algo cierto y es que no todas las ciudades del mundo respetan esa cuadrícula tradicional que vemos en muchas urbes argentinas. Mientras que la ciudad de La Plata es el ejemplo perfecto del diseño de manzanas cuadradas, hay otras que son más embrolladas.
Es el caso de Belo Horizonte, en Brasil, pero sobre todo de muchas ciudades de Europa, de Asia y también de África. Algunos ejemplos pueden ser:
- París, Francia.
- Toledo, España.
- Dubái, Emiratos Árabes Unidos.
- Ámsterdam, Países Bajos.
- Canberra, Australia.
Entre manzanas rectangulares, triangulares e incluso circulares, con algunas calles diagonales y otras pensadas de manera simétrica, dichas ciudades se alejan del modelo clásico de bloques cuadrados.