A través de múltiples estudios científicos, se determinó cuáles son los motivos de sus lentos movimientos corporales.
Una de las mayores incógnitas del mundo animal es por qué los perezosos se mueven despacio. Pero, gracias a una serie de estudios científicos realizados, es posible identificar algunos motivos que justifican su lentitud.
A modo de introducción, es importante resaltar que estas especies realizan todos sus movimientos en “cámara lenta”, sin importar la edad de los ejemplares o el contexto en el que se encuentre.
Es decir, desde los perezosos más jóvenes a los más antiguos, todos caminan, trepan, giran sobre su eje y hasta parpadean a una velocidad muy baja, como consecuencias de las características que mencionamos a continuación.
A diferencia de otros mamíferos, los perezosos tienen una dieta basada casi exclusivamente en hojas. Esto significa que su principal fuente de alimento es muy pobre en nutrientes y calorías.
Entonces, ante una rutina gastronómica de estas características, el animal realiza un metabolismo lento para regular la energía que necesita al momento de completar sus actividades cotidianas.
Por otro lado, también hay que tener en cuenta que los perezosos duermen un promedio de 18 horas por día. Es decir, no tienen inconvenientes para sobrevivir con pocos nutrientes y calorías.
Otro de los puntos más llamativos de los perezosos es que su temperatura corporal ronda cerca de los 10°C. Una cifra muy inferior a la que promedian otros mamíferos de las mismas características (36°C).
Y, como si fuera poco, estos animales tampoco necesitan regular su temperatura interna porque solo viven en bosques tropicales de América Central y Sudamérica, donde nunca hace frío.
Entonces, al no recurrir a su sistema endotérmico, no tienen que gastar energía para mantenerse calientes y, por lo tanto, se limitan a realizar movimientos corporales muy lentos.
Los perezosos tienen grandes y veloces depredadores como, por ejemplo, los pumas, los jaguares y hasta incluso algunas aves de presa como el águila harpía.
Pero lo llamativo es que, a pesar de estar en desventaja, la mayoría de los ejemplares de esta especie no necesitan escapar porque, en simples palabras, son difíciles de detectar.
Gracias al color de su pelaje, que suele tener adosado algas verdes y hongos, y sus movimientos sigilosos, los perezosos se confunden con el paisaje y pasan desapercibidos.
Finalmente, un detalle no menor es que estos animales tampoco necesitan escapar de sus depredadores porque solo bajan de las copas de los árboles para defecar. Entonces, al refugiarse entre las ramas de los árboles, se convierten en una presa indetectable para los grandes felinos y las aves de presa.
Por último, pero no menos importante, otra justificación sobre por qué los perezosos son tan lentos es su escasa masa muscular, que es un 30% menor que la esperada para mamíferos de estas características.
Entonces, a pesar de que tienen brazos fuertes y pueden permanecer trepados durante horas, no hay posibilidades de que este animal pueda correr o dar grandes saltos entre los árboles.
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