La lengua es un sistema convencional de signos utilizado por las sociedades para establecer una comunicación y, como tal, se encuentra en constante cambio. En este sentido, las frases más conocidas popularmente tuvieron su origen mucho tiempo atrás, en contextos muy diferentes a los de hoy en día. Tal es el caso del término posta, el cual proviene del lunfardo.
La Real Academia Española (RAE) relaciona su significado a "un conjunto de caballerías que se ponían en los caminos cada cierta cantidad de leguas, para que los correos, u otras diligencias pudiesen ser relevados". Sin embargo, en el lenguaje coloquial del Río de la Plata, se utiliza para "reafirmar que lo que se está diciendo es algo serio, dicho en serio y verdadero". Por ejemplo: "Te lo digo posta, no estoy mintiendo".
¿De dónde viene la palabra posta?
Tanto la Academia Argentina de Letras como el Nuevo diccionario lunfardo, de José Gobello, afirman que "posta" proviene del italiano apposto, que significa 'apropiado'.
Qué es el lunfardo
En la Argentina de fines del siglo XIX y comienzos del XX, el lunfardo era un lenguaje muy corriente. Producto de la inmigración europea, los distintos idiomas se mezclaban. Esto daba por resultado la circulación de palabras un tanto particulares que aún hoy seguimos usando.
La palabra “lunfardo” se origina en el gentilicio “lombardo”. Este término llegó a ser sinónimo de ladrón porque los lombardos fueron, en el siglo XVIII, usureros y prestamistas, actividades por entonces impopulares. Con el tiempo, lombardo derivó en lunfardo.
Sin embargo, más tarde se descubrió que dicho lenguaje era compartido por grandes sectores de la población y que, lejos de ser un código marginal, había sido incorporado a la vida cotidiana y que circulaba mayormente en los conventillos y barrio populares de Buenos Aires, donde se concentraba la mayoría de los inmigrantes. A su vez, el lunfardo fue difundido a través de expresiones artísticas como el tango o el sainete.
Palabras como "bondi", "chamuyo", "pibe", "macana", "guita", "trucho", "chabón", "gil", "afano", "fiaca" y "changa", entre muchas otras, provienen de este lenguaje y al día de hoy las seguimos usando.