Fue lanzada en una de las primeras sondas de la NASA, tiene grabados algunos datos de los seres humanos y se perdió en el espacio a principios de 2003.
Los seres humanos, además de intentar encontrar vida fuera de la Tierra, también anhelan que seres extraterrestres conozcan de su existencia. Por lo tanto, hace 51 años colocaron la famosa Placa de la Pioneer en una sonda espacial no tripulada y la enviaron al espacio.
En este pequeño trozo de metal, que generó una enorme polémica debido a su diseño, hay símbolos astronómicos, dibujos de planetas, flechas y la figura de un hombre y una mujer sin ropa.
Y, luego de una serie de entrevistas, sus creadores anunciaron que colocaron todos los detalles esenciales para que seres extraterrestres puedan conocer nuestra especie y saber en qué lugar del universo nos encontramos.
Tres meses antes de que la NASA iniciara el lanzamiento de una sonda espacial no tripulada que se llamó Pioneer 10, el astrónomo estadounidense Carl Sagan, junto a su colega, Frank Drake, comenzaron a diseñar un mensaje interestelar.
El objetivo de este dúo era grabar una pequeña placa que incluya algunos datos relevantes de nuestra especie, con el objetivo de que sea encontrada, en algún momento, por seres extraterrestres.
Entonces, si bien la iniciativa se concretó y decidieron rápidamente que símbolos colocar, aún tenían un desafío pendiente: convencer a la NASA que insertara la placa en la sonda.
A pesar de que muchas personas catalogaron la idea como “un proyecto imposible”, el trozo de metal, que a partir de ese momento sería conocido en el mundo como la Placa de la Pioneer, llegó a la sonda.
Y, como debía resistir al despegue, la velocidad en el espacio, vibraciones y múltiples cambios de temperatura, los ingenieros de la agencia espacial la colocaron en un sector estratégico.
Pero, a pesar de que el objetivo estaba cumplido, el debate sobre las características de la Placa de la Pioneer continuó en la Tierra durante décadas y, hasta el día de hoy, es considerado un objeto polémico.
A juzgar por una primera impresión, la Placa de la Pioneer es un trozo de aluminio cubierto en oro, que pesa 120 gramos y tiene un formato rectangular con las siguientes medidas:
Y, a su vez, este metal se diseñó con una serie de mensajes grabados por Sagan y Drake, que se ordenan de la esta manera:
Finalmente, con el objetivo de que puedan identificar la figura de los seres humanos, la esposa de Sagan y artista profesional, Linda Salzman, se encargó de añadir a la placa la figura de un hombre y una mujer, sin ropa.
Por lo tanto, es evidente que el trazado generó una polémica. Es decir, muchas personas señalaron que era inadecuado incluir una imagen de personas desnudas.
Y, por otro lado, también hubo muchas críticas con respecto a las posiciones de las personas representadas, ya que reclamaban que en el dibujo la figura del hombre es más detallada y tiene mayor protagonismo en relación a la de la mujer.
En medio de una serie interminable de debates, el despegue de la sonda Pioneer 10 se concretó el jueves 2 de marzo de 1972 a las 8.42. Y, de esta forma, la placa comenzó su enorme viaje por el espacio.
Tal cual se había planeado, la máquina dejó la Tierra y llegó sin inconvenientes a Júpiter en diciembre de 1973. Allí tenía la misión de tomar fotos del planeta y sus lunas, además de estudiar la atmósfera y sus comportamientos.
Acto seguido, Pioneer 10 continuó su aventura espacial y, finalmente, luego de superar las órbitas de Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutón, dejó el sistema solar.
Según la NASA, el último mensaje recibido de la sonda se registró el 22 de enero de 2003. Por lo tanto, han pasado 20 años y aún no hay novedades sobre cómo siguió su viaje ni en qué lugar del universo se encuentra.
De todas formas, sí se pudo confirmar que hasta el último contacto realizado, la sonda aún conservaba la Placa de la Pioneer, repleta de información sobre la Tierra y los seres humanos.
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