Cubre una superficie de 2.300 hectáreas, está muy lejos de las grandes ciudades e integra el parque nacional Lanín.
La Patagonia Argentina es la región ideal para aquellos viajeros que deseen explorar senderos, acampar y conocer paisajes maravillosos, como el que integra el lago Quillén.
Este espejo de agua, que cubre una superficie de 2.300 hectáreas, se encuentra en el departamento de Aluminé, ubicado en la provincia de Neuquén, a muy pocos kilómetros de la frontera internacional entre Argentina y Chile.
Y, aunque está próximo a otros enormes espejos de agua, recibe turistas de todo el mundo, que llegan atraídos por la naturaleza que rodea al Quillén y su excelente estado de conservación.
El lago Quillén resalta entre los picos nevados de la Patagonia Argentina por una serie de factores que, al mismo tiempo, potencian su atractivo turístico.
En primer lugar, es famoso por su extraño formato, alargado y encajonado entre grandes montañas. Es decir, al observarlo en el mapa, es posible contemplar que está repleto de curvas.
Luego, también resalta con su estado de conservación. Gracias a su lejanía con las grandes ciudades de Neuquén, las escasas construcciones que se construyeron en la zona y sus limitadas vías de acceso, este cuerpo de agua no sufre casi ningún tipo de contaminación y está repleto de animales.
Es por eso que, al momento de planificar un viaje por la zona, muchas personas incluyen en su itinerario largas horas de navegación sobre el lago Quillén y extensas caminatas por los senderos linderos.
Además de las características ya mencionadas, el lago Quillén también tiene otras curiosidades dignas de mencionar, que la gran mayoría de los viajeros ignora antes, durante y después de una visita al lugar.
Entonces, antes de apreciar su naturaleza por fotos o previo a un recorrido por este sector de la provincia de Neuquén, hay que recordar que este espejo de agua:
Quienes hayan prestado atención a lo mencionado en párrafos anteriores, sabrán que el lago Quillén no es tan accesible como otros que se ubican en la misma zona de la Patagonia.
Es decir, la única vía recomendada para los turistas es la Ruta Provincial 23, dado que este espejo de agua se ubica a mitad de camino entre las localidades de Aluminé y Junín de los Andes.
Una vez que se detecta el desvío, los viajeros deberán continuar la travesía por una calzada mucho más estrecha, hasta llegar a las inmediaciones del lago, que carece de opciones de alojamiento.
Quienes decidan pasar la noche a pocos metros de su orilla, tendrán que acampar en el único camping de la zona, que es administrado por una comunidad mapuche.
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