El General José de San Martín, Padre de la Patria, no solo fue homenajeado a lo largo de la historia en Sudamérica. El expresidente estadounidense, Harry Truman, llevó la figura del líder a la mismísima Casa Blanca. Al iniciar su mandato, entre los años 45 y 46, colgó en el Salón Oval, junto a los retratos de Washington y Bolivar, una obra del Libertador pintada por Tito Salas.
Truman fue el primer y único mandatario que adornó su despacho con cuadros de héroes extranjeros durante su administración.
La historia cómo llegó el retrato a la Casa Blanca
Juan Domingo Perón asumió la presidencia en 1946. Entre sus decisiones estuvo asignar al cirujano y político Oscar Ivanissevich como embajador argentino en Estados Unidos, en un contexto de política exterior muy activa y vertiginosa.
El 29 de octubre, Ivanissevich fue recibido por el presidente Harry S. Truman. Los presentes para el máximo mandatario norteamericano no faltaron. Entre los mismos, se hallaron: un ejemplar de“Capitán de los Andes”, de Margaret Harrison; un folleto titulado: “Teoría y doctrinas del general Perón” y la reproducción de uno de los retratos más conocidos del general San Martín: San Martín abanderado, obra anónima que se realizó en Bruselas, en 1829.
Un par de semanas después, Truman lo colgó en su despacho, el célebre Salón Oval de la Casa Blanca. Lo ubicó a la izquierda de la chimenea, encima de la figura de Andrew Jackson, séptimo presidente de Estados Unidos. El prócer argentino se rodeó por un cuadro de George Washington y del lado derecho, Simón Bolívar.
Años más tarde, en 1948, Truman recibió una réplica del Monumento a San Martín que también exhibió en el Salón Oval.
Con respecto a cuánto tiempo estuvo el cuadro del prócer en la pared del despacho presidencial, existen diversas teorías. Lo confirmado es que Truman lo mantuvo durante su mandato y se cree que, de acuerdo a registros, se quedó en el Salón Oval mínimo hasta septiembre de 1957.
Fuente: Magazine