Los vehículos modernos emiten grandes cantidades de dióxido de carbono, un compuesto que contamina el medio ambiente. Como buen visionario, en la década del 40, Henry Ford comenzó a investigar las propiedades del plástico y fabricó una versión biodegradable.
Con su descubrimiento, el 13 de agosto de 1941, presentó el primer auto ecológico de su marca en el festival Dearborn Days. Este ejemplar llamado "Soybean Car" tenía 14 paneles de plástico y era mucho más liviano que los de acero.
Además, tenía una particularidad: era mucho menos contaminante. Aunque nunca dio a conocer la fórmula con la que lo llevo a cabo, se cree que los paneles sustentables los armó con soja, trigo, cáñamo, lino y ramio.
En varias ocasiones, su creador confesó que la idea tuvo dos aristas: por un lado quiso combinar la agricultura con la industria y, por el otro, quiso reemplazar el acero porque había faltante y era dañino para la naturaleza. También, explicó que este vehículo era menos peligroso porque, al volcar, no se aplastaba.
Aunque parecía ser un éxito, la Segunda Guerra Mundial frenó la fabricación de autos y, por lo tanto, este invento fue desestimado. Una vez que terminó el conflicto bélico, el proyecto no se retomó porque la industria automotriz debía repuntar y, las versiones ecológicas, iban en contra de esta posibilidad.
La única versión que se hizo fue la que Ford presentó en 1941 y fue destruida. Actualmente, no existen réplicas de aquel auto.