En 1826, el litógrafo Nicephore Niépce sacó la primera foto de la historia desde el balcón de su casa en Francia. Para obtenerla, expuso una placa de peltre a la luz del sol durante ocho horas y, la lámina que utilizó, la recubrió con una solución de aceite de lavanda y betún de Judea. Por su descubrimiento, es considerado el padre de la fotografía.
Esta foto la llamo "Point de vue" que, en español, significa "punto de vista" y la logró trabajando con cinco cámaras de madera de nogal. Previamente, Niépce probó otros métodos pero no le dieron resultado.
Ya en 1829, empezó a trabajar junto al fotógrafo Louis Daguerre para emulsionar placas de vidrio y revelarlas con vapor de petróleo para obtener mejores fotografías en menos tiempo.
Aunque Niépce falleció en 1833, su colega continúo su legado y, entre 1838 y 1839, tomó la primera foto donde aparece una persona. Fue un error, porque él solo quería capturar el Boulevard du Temple. Sin embargo, en el margen inferior, a la izquierda, se puede ver a un hombre que está lustrando sus zapatos justo al momento de la toma.