Una serie de estudios demostraron que las personas bilingües pueden comportarse de forma diferente según el idioma que utilicen.
Además, las personas que hablan con ellos también los perciben de forma diferente según la lengua que estén hablando. Enterate las razones y cómo funciona este fenómeno junto a Billiken.
¿Por qué el idioma influye en nuestras personalidades?
Usar una lengua u otra para expresarnos puede influir en la construcción del discurso y revelar aspectos culturales y sociales propios de las comunidades lingüísticas a las que pertenecen.
Una de las razones de ello es que en distintos idiomas hay diferentes niveles de naturalidad y fluidez. Las personas tienden a sentirse más cómodas en su lengua materna, lo que les permite expresar una gama más amplia de emociones y pensamientos.
En idiomas extranjeros, especialmente si no son fluidos, es posible que se sientan limitados en su capacidad de expresión y, por lo tanto, proyecten una personalidad diferente.
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Otra razón es que, al cambiar de idioma, las personas pueden inconscientemente adaptar su comportamiento a las normas del entorno lingüístico correspondiente, lo que lleva a modificaciones en la expresión de rasgos de personalidad como la extroversión, la asertividad y la amabilidad. Podemos imaginarnos el cambio si pasamos del ruso, por ejemplo, a un español ecuatoriano.
La tercera razón tiene que ver con la autopercepción: el idioma que se usa puede influir en cómo las personas se perciben a sí mismas, enfatizando o atenuando ciertos aspectos de su personalidad en función del contexto lingüístico y social.
Algunos ejemplos del fenómeno
En un estudio sobre hablantes bilingües de chino e inglés en Estados Unidos, los participantes afirmaron sentirse más cómodos expresando sus emociones en inglés, aunque fuera su segunda lengua. ¿La razón? Según ellos, tiene menos restricciones sociales que su mandarín nativo.
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Por tanto, vemos acá cómo la segunda lengua puede ofrecer algunas ventajas cuando los hablantes quieren mantener una distancia emocional, tanto por motivos personales como socioculturales.
Sentirse como otra versión de uno mismo parece ser bastante común entre quienes cambian de una lengua nativa a otra no nativa. Otro ejemplo de ello se dio en una encuesta realizada a más de 1.000 multilingües, donde el 65% afirmó sentirse "como una persona diferente" al hablar distintas lenguas.