La primera mujer electa diputada fue Emar Acosta en 1934, por la provincia de San Juan. Sin embargo, el primer grupo numeroso de mujeres legisladoras tuvo que esperar casi 20 años, luego de la sanción de una ley muy importante.
El 25 de abril de 1952 fue un momento histórico para nuestro país, ya que ese día asumió el primer grupo de legisladoras argentinas. Un total de 23 diputadas y 6 senadoras se convirtieron en las primeras mujeres en tener su lugar en el poder legislativo después de Emar Acosta, diputada por San Juan.
En 1934, previo a la sanción de la ley que permitía el voto y la postulación a cargos de las mujeres, la diputada Emar Acosta asumía el primero de sus cargos públicos, que duraría hasta 1938. Tanto ese año como 1951 y 1952, marcaron un cambio fundamental en la vida política de las mujeres.
Gracias a la Ley 13.010 sancionada en 1947, que fue impulsada por sectores feministas, se promulgó el voto y participación femeninos. Así, a las mujeres les fueron garantizados los mismos derechos y obligaciones políticos que a los hombres.
A partir de ese año, se podía tanto votar en una elección nacional, provincial o municipal, como ser candidata en cualquiera de esas elecciones. Por eso, se postularon muchas mujeres en 1951 y, para 1952, resultaron electas algunas de ellas (entre otras):
La cantidad de mujeres siempre fue estadísticamente mayor en Argentina. Sin embargo, hasta 1951 no tenían permitido votar en elecciones y por eso la representatividad electoral se quedaba más que corta.
Así, se estima que si para las elecciones de 1946 había poco más 3.400.000 de personas habilitadas para votar, en las de 1951 se llegó a superar la cifra de 8.600.000. Esto muestra que fuera del padrón estaban quedando más de 5.200.000 personas.
Emar Acosta fue una política argentina que nació el 22 de agosto en 1900, en la provincia de La Rioja. Llegada la edad, se mudó a Buenos Aires para estudiar abogacía en la Universidad de Buenos Aires. Cuando se recibió, en 1926, se estableció en la provincia de San Juan para ejercer su profesión.
Tan solo ocho años después, fue nombrada Defensora de Pobres y Ausentes y elegida como diputada provincial sanjuanina. Así, se convirtió no sólo en la primera diputada del país, sino en la primera legisladora de toda América Latina.
Su primer mandato terminó en 1938, y en 1941 fue elegida una vez más. Sin embargo, no llegó a completar este segundo periodo ya que fue despuesta luego del golpe militar de 1943.
Para homenajear su labor como diputada, profesora y presidenta (del Colegio de Abogados de San Juan), el auditorio del Senado de la Nación lleva su nombre.
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