Llegó a tener 3.000 habitantes y permaneció en pie durante seis siglos, hasta que sus últimos habitantes fueron desterrados.
A pocos kilómetros de Salta capital, muy cerca de la puna, hay un sitio histórico de grandes dimensiones que se llama Ruinas de Tastil y es recordado como la ciudad precolombina más grande de Argentina.
Gracias a los estudios realizados, expertos llegaron a la conclusión de que este lugar fue habitado por un promedio de 3.000 personas, dentro de un lapso de seis siglos.
Y, a pesar que permaneció en el anonimato hasta 1903, los distintos trabajos de restauración en la zona permitieron recuperar la esencia que tuvo en el pasado y lo potenció como un atractivo turístico.
La ciudad de Tastil se fundó a mediados del año 900, en el centro del actual Departamento Rosario de Lerma de Salta, a una altura de 3.200 metros sobre el nivel del mar.
Con el correr del tiempo, su población se incrementó y, con ello, las instalaciones se expandieron sobre estas tierras, habitadas por hasta 3.000 personas durante el siglo XV.
En conclusión, Tastil permaneció habitada por más de 600 años. Pero, por una serie de sucesos que aún se investigan, el sitio quedó abandonado en su totalidad entre 1439 y 1442.
La hipótesis más fuerte señala que el origen de este suceso fue la llegada de los incas, que los habrían desterrados. Sin embargo, algunos expertos también llegaron a las siguientes conclusiones:
Lo cierto es que Tastil quedó desértica muchos años antes de la llegada de los europeos a esta región, justo durante su apogeo. Es decir, de haber sobrevivido, podría haber continuado su expansión.
Quienes visitan Tastil en la actualidad, pueden acceder al museo que narra la historia de la antigua ciudad y recorrer algunos sectores de las ruinas, que sobreviven al paso del tiempo.
Pero, a través de diferentes investigaciones, se confirmó que la cantidad de construcciones en el lugar era mucho más alta que la imaginada. En total, este sitio tuvo 1.114 recintos, de los cuales 440 eran viviendas diseñadas con lajas de piedras sin argamasa.
Finalmente, también es importante resaltar que los restantes 674 edificios funcionaban como:
Luego de su abandono, Tastil quedó en el olvido durante cientos de años. Recién en 1903 el arqueólogo sueco Eric Boman visitó este sector de 12 hectáreas y redescubrió la antigua ciudad.
Acto seguido, expertos de todo el mundo viajaron a conocer las ruinas, que en 1967 fueron parcialmente reconstruidas por un equipo liderado por el profesor Mario Cicliano de la Universidad Nacional de La Plata.
Y, para preservar sus instalaciones y reconocer su importancia, Tastil adquirió el título de Monumento Histórico Nacional en 1997.
En fin. No hay dudas de que estas ruinas son únicas en el mundo. Por lo tanto, si algún viajero tiene interés en conocerla, deberá viajar hasta Santa Rosa de Tastil, ubicado sobre la Ruta Nacional 51.
Este pueblo, que tiene tan solo 20 habitantes, es la puerta de entrada a las ruinas del mismo nombre, que se pueden visitar todos los días de la semana, entre las 10 y las 17 horas.
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