Es una localidad histórica que, debido a su ubicación, en un valle profundo, no recibía luz solar entre noviembre y enero.
En el extremo norte de Italia, muy cerca de la frontera internacional que comparte con Suiza, hay un pequeño pueblo histórico llamado Viganella, que depende de un espejo gigante para obtener luz solar durante 83 días al año.
Así es. Ante la problemática ocasionada por una sombra “eterna” las pocas familias que habitan esta localidad apoyaron la idea de invertir en un moderno sistema que le devuelva la iluminación natural en invierno.
Curiosamente, este nuevo artefacto le otorgó fama a Viganella, que durante la última década experimentó un incremento notable en la llegada de turistas nacionales e internacionales.
La localidad de Viganella, que tiene cerca de 1.000 años de historia, se fundó sobre uno de los brazos del río Toce, en un entorno paradisíaco, dentro de un profundo valle de los Alpes.
Por lo tanto, su posición geográfica evitaba que sus 185 habitantes recibieran iluminación solar durante el periodo invernal más crudo, que abarca de mediados de noviembre a fines de enero.
En otras palabras, los rayos alcanzaban los puntos más elevados de las montañas linderas y, de esta manera, nunca impactaban sobre el suelo de Viganella que, hasta 2006, tenía 83 días de sombra al año.
Por fortuna, el gobierno local propuso comprar un espejo gigante, capaz de reflejar la luz del Sol y direccionarla hacia el pueblo.
Tras aprobar la compra, adquirir el producto e instalarlo sobre el monte Scagiola, a 1.100 metros sobre el nivel del mar, el espejo de Viganella se estrenó el domingo 17 de diciembre de 2006.
A partir de esa fecha, cada invierno los vecinos experimentan como la iluminación solar regresa durante pocas horas. Según lo narrado, el mejor horario es el de las 11 de la mañana, cuando se ilumina, con mayor intensidad, la plaza principal.
Entonces, quienes visiten Viganella en la actualidad, podrán observar, cualquier día del año, la presencia de este enorme espejo de 40 metros cuadrados, que luce 14 paneles solares.
Ante la descripción del valle donde se encuentra y la única vía de acceso vehicular que tiene disponible, muchos viajeros imaginan que acceder a Viganella es muy complicado.
Sin embargo, el pueblo se encuentra a solo 30 kilómetros de Verbania y a 120 kilómetros de Turín. Por lo tanto, la alternativa más recomendada para hacer la travesía es viajar hacia el norte de Italia por la Ruta E62, hasta el desvío que la une directamente con la localidad.
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