Durante el siglo XIX, el territorio argentino atravesó transformaciones profundas. En ese período, la Confederación Argentina buscaba consolidarse como un Estado federal, al mismo tiempo que se definían fronteras internas y externas en un contexto de conflictos políticos, acuerdos y campañas militares.
Un mapa de 1858 muestra cómo se distribuía el territorio cuando muchas regiones aún no eran provincias, sino territorios nacionales bajo control del gobierno central.
Si esos límites se hubieran mantenido, la Argentina de hoy tendría una configuración completamente diferente, tanto en extensión como en organización política. Como puede verse:
- La Patagonia aún no formaba parte,
- Buenos Aires también estaba por fuera, en disputa con la Confederación.
- Los límites del norte se extendían hasta lo que hoy forma parte de Bolivia, que entonces tenía salida al mar.
- Paraguay era más reducido.
En aquellos años, convivían provincias históricas con grandes extensiones que dependían directamente del poder nacional. Estos territorios llegaron a ocupar cerca del 43% de la superficie del país y fueron clave en el proceso de expansión y consolidación estatal.
La Confederación Argentina y la organización del territorio
La organización nacional comenzó formalmente con la sanción de la Constitución Nacional de 1853, antecedida por el Acuerdo de San Nicolás, que designó a Justo José de Urquiza como director provisorio de la Confederación Argentina.
Sin embargo, Buenos Aires se mantuvo separada del resto de las provincias debido a desacuerdos políticos y económicos, especialmente por el control de la aduana.
Los enfrentamientos entre la Confederación y el Estado de Buenos Aires marcaron esta etapa. Batallas como Cepeda (1859) y Pavón (1861) definieron el rumbo del país. Tras la victoria de Bartolomé Mitre en Pavón, se consolidó un proceso de unificación que permitió avanzar en la construcción del Estado nacional, con Buenos Aires como sede administrativa.
A partir de entonces, el gobierno central impulsó políticas para reorganizar el territorio, crear instituciones nacionales y extender su autoridad sobre regiones que aún no estaban plenamente incorporadas.
Territorios y provincias en un país muy distinto
Si se hubieran respetado los límites territoriales vigentes hacia mediados del siglo XIX, el mapa argentino habría sido otro. En ese escenario, algunas regiones actuales no existirían como provincias y otras tendrían dimensiones muy distintas.
Por supuesto que imaginarlo es una tarea casi imposible. La historia siguió su curso, Buenos Aires finalmente se integró a la Confederación y, con el correr de las décadas, se fueron creando los distintos Territorios Nacionales. Entre ellos:
- El Territorio Nacional del Gran Chaco, establecido en 1872 tras la Guerra de la Triple Alianza.
- La Gobernación de la Patagonia, creada en 1878 luego de las campañas militares conocidas como Conquista del Desierto.
- La Gobernación de Misiones, organizada en 1881.
Al mismo tiempo, provincias como Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, San Juan o Santa Fe tenían extensiones diferentes a las actuales, mientras que otras —como Tucumán, Salta, Jujuy y Catamarca— se incorporaron a la Confederación Argentina en ese período de redefiniciones.