El limón es uno de los cítricos más utilizados en la gastronomía mundial y, en Argentina, ocupa un lugar clave dentro del mapa frutícola. Nuestro país es uno de los mayores productores y procesadores del planeta. Pero hay una provincia argentina que destaca por encima del resto: Tucumán.
Allí se concentra la mayor parte del cultivo y la industria limonera nacional. Según la Federación Argentina del Citrus, Tucumán produce el 78,4% de los limones del país. Esto equivale a más de 1.800.000 toneladas por año.
Además, su producción se integra a una cadena que emplea a miles de personas en tareas de cosecha, empaque, procesamiento y exportación.
Por qué Tucumán lidera la producción nacional
El liderazgo tucumano no es casual. La provincia cuenta con una combinación única de suelos, clima subtropical y un régimen de lluvias muy superior al de otras zonas citrícolas del mundo, que en algunos casos reciben apenas entre 200 y 300 milímetros anuales.
En cambio, el piedemonte tucumano supera largamente ese valor, lo que favorece el desarrollo del fruto y una mayor cantidad de jugo por unidad.
La producción se distribuye en una diagonal que cruza la provincia desde el suroeste hacia el noreste, con fuerte presencia en los departamentos de Burruyacú, Tafí Viejo, Famaillá, Monteros y Chicligasta.
Esta zona es parte de la barrera fitosanitaria del NOA, reconocida como libre de cancrosis, una condición clave para acceder a mercados internacionales con altos estándares sanitarios.
Tucumán también concentra la mayor superficie plantada del país. De acuerdo con informes del Instituto de Desarrollo Productivo de Tucumán, en 2019 contó con 43.800 hectáreas de limón y aportó más de 1.500.000 toneladas.
Esa presencia sostenida le permitió convertirse no sólo en la principal región productora, sino también en un punto central para la elaboración de jugos, aceites esenciales y cáscara deshidratada.
Cómo funciona la cadena limonera de la provincia argentina
La organización del complejo limonero se apoya en una estructura productiva que integra todas las etapas necesarias para abastecer al mercado local e internacional. Entre sus características principales se destacan:
- Una cadena compuesta por producción primaria, empaque, conservación y elaboración industrial.
- Mano de obra intensiva, sobre todo en los meses de cosecha.
- Grandes empresas que trabajan de manera integrada, desde el cultivo hasta la exportación.
Esta estructura permitió que Argentina se convierta en el primer procesador mundial de productos derivados del limón y en uno de los principales exportadores de fruta fresca. En 2017, por ejemplo, se enviaron al exterior 353.500 toneladas de limones y subproductos.
Fuentes: Federación Argentina del Citrus, Instituto de Desarrollo Productivo de Tucumán, ex Ministerio de Hacienda de la Nación.