Historia y curiosidades del Renault Fuego: un clásico que se robó todas las miradas en la década de 1980

Billiken te invita a recordar la coupé que revolucionó las calles y las pistas argentinas. Descubrí el diseño futurista del Renault Fuego, su dominio absoluto en el automovilismo nacional y por qué, a décadas de su lanzamiento, sigue siendo un objeto de deseo para los coleccionistas.
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A principios de la década de 1980, el paisaje automotor de la Argentina se transformó con la llegada de un vehículo que parecía venir del futuro. El Renault Fuego, una coupé deportiva de tres puertas basada en el chasis del Renault 18, fue presentado mundialmente en 1980 en el Salón de Ginebra. Sin embargo, su historia de amor con nuestro país comenzó un poco después, cuando empezó a fabricarse en la emblemática planta de Santa Isabel, en la provincia de Córdoba.

Lo que hacía que este auto fuera tan especial no era solo su potencia, sino su estética aerodinámica. Fue uno de los primeros modelos diseñados íntegramente con la ayuda de un túnel de viento, lo que le permitió alcanzar una bajísima resistencia al aire. Su característica luneta trasera envolvente, conocida cariñosamente como "la burbuja", y la banda plástica negra que recorría sus laterales, se convirtieron en sellos distintivos que lo hacían reconocible a kilómetros de distancia.

Para el público argentino, el Renault Fuego no fue simplemente un medio de transporte; fue un símbolo de estatus y modernidad. En una época donde los autos solían tener formas más cuadradas, las líneas curvas y agresivas de este modelo francés —pero con alma cordobesa— conquistaron rápidamente a las familias y a los jóvenes entusiastas de la velocidad.

La mística del Renault Fuego en las pistas argentinas

El Renault Fuego en carrera.

Si bien su éxito en las concesionarias fue notable, donde realmente el Renault Fuego se convirtió en una leyenda fue en el automovilismo deportivo. Durante gran parte de los años 80 y principios de los 90, esta coupé dominó de manera absoluta el TC2000 (Turismo Competición 2000), una de las categorías más importantes de nuestro país.

Imposible hablar de este auto sin mencionar a figuras como Juan María Traverso, quien a bordo de una Fuego blanca (y luego la mítica de color violeta) logró hazañas imposibles, como ganar una carrera con el auto envuelto en llamas. Esa mística ganadora fue el combustible que alimentó su fama: todos querían tener el auto que ganaba los domingos en la televisión.

Hitos y características del Renault Fuego

Diseño del Renault Fuego.
  • Lanzamiento en Argentina: el primer modelo salió de la fábrica de Córdoba en 1982.
  • Innovación tecnológica: fue uno de los primeros autos del mundo en ofrecer el sistema "PLIP", un mando a distancia para la apertura de puertas (cierre centralizado remoto).
  • Versiones destacadas: se produjeron modelos icónicos como la GTX, la GTA y la GTA Max, esta última exclusiva de Argentina con un motor de 2.2 litros.
  • Fin de producción: el último ejemplar se fabricó en nuestro país en el año 1992, cerrando un ciclo de diez años de gloria.

Según datos oficiales, se vendieron miles de unidades en el mercado local, consolidando a Renault como una de las marcas líderes en el segmento de deportivos nacionales.

Un legado que desafía el paso del tiempo

Aspecto del auto.

A pesar de que su producción cesó hace más de tres décadas, el legado del Renault Fuego permanece intacto. Su éxito radicó en la combinación perfecta entre prestaciones deportivas y confort de lujo para la época, ofreciendo aire acondicionado, levantavidrios eléctricos y dirección hidráulica en un paquete que resultaba emocionante de conducir.

Hoy en día, las curiosidades que rodean a este vehículo siguen asombrando. Por ejemplo, su diseño fue obra de Robert Opron, el mismo genio detrás de varios modelos de Citroën. Aunque nació en Francia, muchos consideran que su "verdadero hogar" fue Argentina, debido a la enorme cantidad de modificaciones y mejoras que se le realizaron en Santa Isabel para adaptarlo a nuestros caminos y a la alta competencia.

El Renault Fuego nos enseña que un auto puede ser mucho más que una máquina; puede ser un pedazo de nuestra historia, un recuerdo de las tardes de carrera y un ejemplo del potencial de la industria automotriz nacional. Quienes hoy conservan uno de estos ejemplares no solo cuidan un motor y una carrocería, sino un pedazo del orgullo industrial de un país que se atrevió a soñar en grande sobre cuatro ruedas.

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