En la década de 1950, Argentina vivía un innovador proceso de transformación industrial. En ese contexto nacieron en la provincia de Córdoba las Industrias Aeronáuticas y Mecánicas del Estado (IAME). El objetivo era ambicioso: aprovechar el conocimiento de los ingenieros aeronáuticos para crear un automóvil que fuera económico, resistente y, sobre todo, argentino. Así fue como, en mayo de 1952, se presentó oficialmente el primer modelo del auto "Justicialista".
Este auto no fue solo un medio de transporte; fue una declaración de vanguardia tecnológica. Los trabajadores de IAME, muchos de ellos que se especializaron en aviones, aplicaron criterios de aerodinámica y ligereza que eran de gran avance para la época. Además, fue pionero mundial en el uso de la fibra de vidrio para reforzar su carrocería.
El éxito fue inmediato en el corazón de la gente, que veía con orgullo cómo un vehículo nacional competía en diseño con los modelos que llegaban del exterior.
Modelos y características técnicas del auto Justicialista
La familia del Justicialista se diseñó para cubrir todas las necesidades de la sociedad argentina en la década del 50. El modelo más popular fue el Sedán, un coche familiar de dos puertas. Pero la producción no se detuvo allí. También se fabricaron versiones utilitarias como la Pick-up (ideal para el campo), el Furgón (para el reparto en ciudades) y el espectacular "Gran Sport", un deportivo que dejó al mundo con la boca abierta.
Datos históricos del Justicialista
- Fecha de estreno: Mayo de 1952 (Presentación del primer prototipo).
- Producción total: se fabricaron aproximadamente 3.700 unidades entre todos sus modelos.
- Innovación histórica: fue uno de los primeros autos del mundo en utilizar plástico que se reforzó con fibra de vidrio para su carrocería (en el modelo Sport), un material liviano y revolucionario.
- Motorización: el Sedán contaba con un motor de dos tiempos y dos cilindros, que priorizaba la sencillez y el bajo costo de mantenimiento.
El éxito del Justicialista en Argentina se debió a su accesibilidad. Gracias a los planes de ahorro y a su precio competitivo, muchos trabajadores pudieron comprar su primer cero kilómetro, algo que hasta entonces parecía un lujo inalcanzable. El auto era robusto y se adaptaba perfectamente a los caminos de nuestra geografía, desde la llanura pampeana hasta las zonas montañosas.
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Las curiosidades de la versión más deportiva
Una de las mayores curiosidades de esta historia es que el modelo "Gran Sport" se consideró una joya de la ingeniería. Con un motor Porsche en algunas de sus versiones experimentales y una carrocería de líneas elegantes, demostró que Argentina podía fabricar autos de alta gama. Este modelo fue una respuesta directa a los autos deportivos europeos de la época.
Sin embargo, la historia de la producción del Justicialista llegó a su fin de manera abrupta en 1955, tras los cambios políticos en el país. Tras el cierre de su línea de montaje original, la estructura de la fábrica continuó trabajando bajo otros nombres y modelos, como el famoso Rastrojero o el Graciela, pero el nombre original quedó en los libros de historia.
Hoy en día, los pocos ejemplares que se conservan del Justicialista son verdaderos tesoros para los coleccionistas. Se los puede ver en museos de autos clásicos y en exposiciones de industria nacional, donde adultos y niños se asombran al descubrir que, hace siete décadas, nuestro país fabricó un auto con tecnología de punta. Este vehículo nos recuerda que la creatividad y el esfuerzo de los técnicos argentinos son capaces de poner en marcha los proyectos más grandes, dejando una huella imborrable en nuestra identidad.