La selección argentina de fútbol para ciegos, los Murciélagos, es una de las más ganadoras del mundo. Representa a nuestro país desde inicios de la década de 1990, y desde entonces participó de todos los Campeonatos y Juegos Mundiales, además de Copas Américas.
Una historia de perseverancia, pero sobre todo de pasión por el fútbol, se deja ver en cada partido de los Murciélagos. Su nombre surgió como una premonición de victoria: fue antes de la final del Campeonato Mundial 2002, en la que ganaron su primer título en ese torneo.
Los Murciélagos, o la selección de las siete copas
Diez años antes de que el Fútbol-5 para ciegos fuera incorporado a los Juegos Paralímpicos, Los Murciélagos daban sus primeros pasos formales en la disciplina. La primera vez que participaron de un Campeonato Mundial fue en 1998, en el que salieron subcampeones al perder contra Brasil.
La consagración, sin embargo, llegó a los cuatro años. Y llegarían dos más, una en 2006 (para darles el bicampeonato) y otra en 2023. En lo que respecta a la Copa América, ganaron cuatro ediciones: 1999, 2005, 2017 y 2022. Algunos de sus jugadores históricos son:
- Antonio Mendoza.
- Darío Lencina.
- Diego Cerega.
- Eduardo Díaz.
- Gonzalo Abbas Hachache.
- Gustavo Maidana.
- Iván Figueroa.
- Lucas Rodríguez.
En los Juegos Paralímpicos, se subieron al podio cuatro veces, desde que existe el deporte en la competencia. Obtuvieron dos medallas de plata (2004 y 2020) y dos de bronce (2008 y 2016), y en la edición de París 2024 van por la dorada.
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¿Cómo es el Fútbol-5 adaptado?
Como su nombre lo adelanta, en el Fútbol-5 adaptado son cinco los jugadores presentes en la cancha. Cuatro de ellos tienen discapacidad visual o son ciegos y llevan una máscara al nivel de los ojos. El quinto es el arquero, que sí puede ver y debe orientar a los jugadores en el campo.
La pelota de juego está especialmente diseñada para contener dentro elementos sonoros que les permite a los futbolistas conocer su posición. En la cancha, no existen las líneas laterales, sino que son paredes que permiten que la pelota rebote y no salga del campo. Sólo hay líneas de meta, donde está el arco.
