En la historia argentina hay datos bastante curiosos. Uno de ellos, sin duda, es el parentesco entre dos de los políticos más importantes del país: Hipólito Yrigoyen y Leandro N. Alem. Aunque sus caminos políticos fueron conocidos por todos, su vínculo familiar no es hoy tan conocido.
Nacidos con apenas diez años de diferencia, Alem en 1842 e Yrigoyen en 1852, fueron nada más y nada menos que tío y sobrino. Esta relación familiar no era inusual en la política de aquellos tiempos, donde los lazos familiares solían cruzarse con las trayectorias públicas y políticas.
¿Quién fue Leandro N. Alem?

Leandro N. Alem nació el 11 de marzo de 1842 en Buenos Aires y creció en un contexto político turbulento. Fue hijo de un militar que acompañó a Juan Manuel de Rosas, pero con el tiempo Alem se distanció de ese legado y se convirtió en uno de los principales opositores al régimen conservador de fines del siglo XIX.
En 1890, tras liderar la Revolución del Parque, fundó la Unión Cívica, que luego se transformó en la Unión Cívica Radical, el partido que marcaría la política argentina durante décadas. Fue un firme defensor del voto libre y la participación ciudadana, y luchó contra el fraude electoral que dominaba la época.
Además de haber sido diputado y senador, Alem se destacó como orador y pensador político. Su legado no solo se mantuvo a través de las instituciones que fundó, sino también mediante la influencia directa que tuvo sobre su sobrino, Hipólito Yrigoyen.
Yrigoyen y su rol clave en la historia argentina

Hipólito Yrigoyen fue una figura central en la política del siglo XX. Fue el primer presidente argentino elegido mediante el voto secreto y obligatorio (aunque solo masculino), y gobernó en dos períodos: de 1916 a 1922 y de 1928 a 1930, cuando dejó de gobernar por un golpe de Estado.
Apodado “el peludo” por su carácter reservado, Yrigoyen lideró la Unión Cívica Radical, partido que había sido fundado, como mencionamos, por su tío Leandro N. Alem. Bajo su gobierno, se impulsaron leyes que protegían los derechos laborales, se fomentó la educación pública y se buscó un mayor control del Estado sobre la economía.

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