El alca gigante (Pinguinus impennis), también conocido como gran alca, fue una de las aves marinas más sorprendentes que existieron en el hemisferio norte. Aunque muchas veces se lo compara con los pingüinos por su aspecto y comportamiento, en realidad no estaban emparentados. El alca gigante no volaba, tenía el cuerpo robusto, un plumaje impermeable y un andar torpe en tierra firme, pero era un excelente nadador.
Habitaba principalmente las frías costas del Atlántico Norte, y se lo podía encontrar desde Canadá hasta el norte de Europa, incluyendo Groenlandia, Islandia, Escocia y Noruega. Durante siglos, estas aves nidificaron en islas rocosas y remotas, que les ofrecían protección frente a depredadores naturales.
Características del alca gigante

El alca gigante era el ave no voladora más grande del hemisferio norte. Alcanzaba cerca de 80 centímetros de altura y pesaba entre 5 y 7 kilogramos. Tenía un cuerpo aerodinámico, con plumas negras en el lomo, blancas en el pecho y una gran mancha blanca sobre los ojos. Su pico era largo, curvado y con líneas transversales que lo hacían inconfundible.
Entre sus características más destacadas se encuentran:
- Nombre científico: Pinguinus impennis
- Altura aproximada: 75 a 85 cm
- Estado actual: Extinto desde mediados del siglo XIX
Esta especie era monógama y regresaba todos los años al mismo lugar de anidación. Las hembras ponían un solo huevo por temporada, lo que dificultaba la recuperación de la población ante cualquier amenaza externa.
¿Por qué se extinguió el alca gigante?
La extinción del alca gigante se produjo por un conjunto de factores relacionados con la actividad humana. Desde el siglo XVI en adelante, marineros y comerciantes comenzaron a cazar masivamente a estas aves por su carne, sus huevos y sus plumas. Además, al no volar y anidar en tierra firme, eran fácilmente capturables.
En 1844, dos cazadores islandeses asesinaron a la última pareja reproductiva conocida en la isla de Eldey. A partir de ese momento, la especie fue considerada oficialmente extinta. Hoy, algunos de sus ejemplares taxidermizados pueden verse en museos de historia natural, como el de Londres o el de París.
Un símbolo de lo que no debe repetirse

La historia del alca gigante es uno de los primeros casos documentados de extinción moderna causada por el ser humano. Es una advertencia sobre los efectos devastadores que puede tener la caza indiscriminada y la falta de protección ambiental.