Drago de Gran Canaria: la curiosa planta de España que está en peligro crítico de extinción

Con su tronco retorcido, su copa verde brillante y su historia milenaria, el drago de Gran Canaria es una de las especies más singulares de España. Hoy, sobrevive en pocos rincones del archipiélago canario y enfrenta el riesgo de desaparecer para siempre.
Naturaleza
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El Drago de Gran Canaria (Dracaena tamaranae) es una de las plantas más raras y emblemáticas de España. Pertenece al género Dracaena, al que también pertenece el famoso drago milenario de Icod de los Vinos, en Tenerife. Sin embargo, esta especie endémica de Gran Canaria es aún más escasa y está considerada en peligro crítico de extinción por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

A diferencia de otros dragos, esta variedad solo crece de forma natural en algunos acantilados y zonas rocosas del sur de la isla, entre los municipios de San Bartolomé de Tirajana y Mogán. Allí, en un entorno árido y de difícil acceso, sobrevive gracias a su resistencia al calor y a la falta de agua.

El Drago de Gran Canaria puede alcanzar hasta 8 metros de altura y desarrollar una copa amplia, compuesta por cientos de hojas largas, duras y puntiagudas. Su savia, de color rojizo, es conocida desde la antigüedad como “sangre de drago”, y fue utilizada en la medicina tradicional, en tintes y en rituales antiguos por los pueblos guanches, los primeros habitantes de las islas.

¿Por qué el drago de Gran Canaria está en peligro de extinción?

Aspecto del drago de Gran Canaria.

Hoy, se estima que quedan menos de un centenar de ejemplares de Drago de Gran Canaria en estado silvestre. Su población ha disminuido drásticamente durante las últimas décadas debido a varias causas:

  • Pérdida de hábitat, provocada por la expansión urbana y agrícola.
  • Incendios forestales, que afectan especialmente las zonas áridas del sur de la isla.
  • Escasez de lluvias y cambio climático, que reducen las condiciones óptimas para su desarrollo.
  • Acceso difícil y dispersión natural limitada, lo que impide que la especie se propague con facilidad.

Ante esta situación, el Gobierno de Canarias y diversas organizaciones ambientales han impulsado programas de reproducción en viveros y reintroducción en zonas protegidas, con el objetivo de garantizar su supervivencia. Además, se han identificado y protegido los pocos ejemplares adultos que aún crecen en libertad.

Características y curiosidades del drago de Gran Canaria

El Drago de Gran Canaria no solo es una joya botánica, sino también una especie llena de particularidades que lo distinguen del resto de los dragos:

  • No tiene anillos de crecimiento, por lo que su edad no puede determinarse con exactitud. Algunos ejemplares podrían tener más de 300 años.
  • Florece rara vez, y cuando lo hace, produce racimos de flores pequeñas y blancas, seguidas de frutos anaranjados.
  • Vive en zonas extremas, aferrado a las rocas volcánicas, donde casi ninguna otra planta puede crecer.
  • Su savia roja, símbolo de vida y resistencia, fue usada durante siglos como medicina y pigmento natural.

Esta combinación de misterio, belleza y antigüedad convierte al drago de Gran Canaria en un verdadero tesoro natural de España y del mundo.

El símbolo natural de una isla milenaria

El Drago de Gran Canaria forma parte del patrimonio natural y cultural de las Islas Canarias, una región que alberga una biodiversidad única gracias a su clima subtropical y su origen volcánico. Para los canarios, el drago no es solo una planta: es un símbolo de identidad y resistencia, que ha sobrevivido durante siglos en un territorio moldeado por el fuego y el viento.

Hoy, el reto es protegerlo y garantizar que las futuras generaciones puedan seguir admirando su silueta imponente. En palabras de los expertos del Cabildo de Gran Canaria, “cada drago que brota es una victoria para la naturaleza y para la historia del archipiélago”.

Drago de Gran Canaria: una especie que necesita nuestra atención

Tamaño del drago de Gran Canaria.

El Drago de Gran Canaria representa la fragilidad de los ecosistemas insulares y la importancia de conservar las especies endémicas. Cada ejemplar que sobrevive cuenta una historia de adaptación y resistencia frente a las condiciones más duras del planeta.

Preservarlo no solo significa cuidar una planta rara, sino también proteger un legado natural que forma parte del alma de las Islas Canarias y del patrimonio ambiental de España.

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