Como sabemos, la naturaleza está repleta de especies y variedades de frutos que son ampliamente consumidos en distintas partes del planeta. Sin embargo, sólo un selecto grupo ostentan el título de ser "oro rojo". Estamos hablando, principalmente, de cuatro frutos y frutas:
- Mora.
- Arándano rojo.
- Agracejo.
- Acerola.
Algunos de ellos pertenecen a la misma familia, a pesar de que se originaron en regiones diferentes acorde al clima y nutrientes de la tierra. A lo largo de la historia, distintos grupos humanos las utilizaron principalmente con funciones nutritivas y medicinales.
¿De dónde son originarias las frutas "oro rojo"?
El arándano rojo, o "cranberry" en inglés, es originario del hemisferio norte, principalmente de lo que hoy es Estados Unidos y el sur de Canadá. Sin embargo, también creció en partes de Europa y Asia donde los climas son helados. Según los registros históricos, los pueblos nativos americanos aprovecharon el fruto para curar enfermedades de distinto tipo y fortalecer los músculos.
La gran familia de las moreras (árboles), por otro lado, está compuesta de distintas especies productoras de moras, siendo las dos más conocidas la azul (o negra) y la blanca. Sus especies más consumidas son originarias de Asia. Una variante muy similar, que sin embargo es un arbusto, es la zarzamora.
El agracejo es un fruto que sale de un arbusto con espinas, y que se surgió en tres continentes distintos: en Europa central, Asia occidental y también en el norte de África. Geográficamente, las tres zonas son cercanas.
Por su parte, la acerola es una fruta también pequeña, que se asemeja a las cerezas. Incluso, podría argumentarse que parece un mini-tomate. Se cree que es originaria de la región amazónica y también de Centroamérica.
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¿Por qué llevan ese apodo?
Desde tiempos remotos, los "oros rojos" fueron aprovechados por grupos humanos de distintos continentes. Una de las habilidades que esos primeros grupos adquirieron fue saber diferenciar, a partir de los colores de las frutas y frutos, cuáles resultaban beneficiosas y cuáles no.
Su subsistencia dependía en gran parte de a esa capacidad de distinción. Así, tanto las moras y arándanos rojos, como las acerolas y agracejos, se presentaron como aptas para la supervivencia. Y, con el tiempo, se descubrieron algunos de sus beneficios:
- Alto contenido en vitaminas y minerales.
- Elevado porcentaje fibroso.
- Función antioxidante.
Por estos motivos, y al igual que sucede con la mayoría de las frutas, su consumo se sostuvo en el tiempo y al día de hoy se las considera "oro rojo" por brindar riqueza nutritiva.