Está a más de 3.600 metros sobre el nivel del mar y, en su mejor momento, tuvo el título al segundo más grande de Bolivia.
La naturaleza del planeta que habitamos, experimenta cambios todos los días. Algunos son positivos pero, al mismo tiempo, otros son negativos. Ejemplo de lo mencionado es la desaparición que el lago Poopó de Bolivia experimentó en 2015.
Aunque su situación era crítica antes del suceso mencionado, y todavía lo es, este espejo de agua permaneció seco durante poco más de un año. Luego, gracias a una seguidilla de lluvias, se volvió a llenar.
En la actualidad, tiene una gran cantidad de agua. Pero, debido a su condición, ya no recibe un caudal grande de pescadores y turistas, como sí lo hacía en el cierre del siglo XX:
El lago Poopó, que en sus años dorados fue considerado el segundo más grande de Bolivia después del Titicaca y el más grande de los que están exclusivamente dentro del país, se encuentra en el departamento de Oruro.
Debido a su altura (3.686 metros sobre el nivel del mar) es el segundo más elevado, dentro de los grandes lagos de Sudamérica, y también uno de los más áridos, debido al paisaje que lo rodea.
En el cierre de la década de 1980, se estima que el lago Poopó recibía hasta 500 pescadores por año, que podían reunir una gran cantidad y variedad de peces. Al mismo tiempo, el sitio tenía un gran caudal de turistas, atraídos por el paisaje.
Pero, como consecuencia de los episodios que desencadenaron su desaparición, hoy en día es el punto de reunión de tan solo 250 pescadores y muy pocos turistas.
Tras sufrir diversas sequías, este lago de agua salada alertó al mundo el 16 de diciembre de 2015, cuando desapareció en su totalidad. En estas condiciones, atravesó todo el 2016 y recién empezó a recuperar el agua, gracias a una seguidilla de lluvias, en los primeros meses de 2017.
En 2021, ocurrió un suceso muy parecido. Sin embargo, los niveles de agua se recuperaron a mayor velocidad.
Hoy en día, es posible confirmar con una visita, o mediante imágenes satelitales, que atraviesa una etapa favorable. Pero, como aseguran los expertos, podría volver a secarse en las próximas décadas.
El lago Poopó está conectado con el lago Titicaca mediante el río Desaguadero que, junto al río Márquez, son sus principales fuentes de agua. Por lo tanto, si estos caudales se secan, es inminente una nueva desaparición parcial del lago.
Al mismo tiempo, este espejo de agua podría atravesar un episodio similar al de 2015 en las próximas décadas, como consecuencia de:
Por último, estudios universitarios demostraron que si las condiciones del lago Poopó se mantienen a largo plazo, podría desaparecer para siempre, dentro de 1.500 años.
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