Todos sabemos que el oxígeno es esencial para la vida, y es algo con lo que interactuamos cada segundo de cada día. Como gas, es invisible y se mezcla perfectamente con el aire que nos rodea.
Sin embargo, hay una circunstancia particular en la que su composición se transforma, cambiando, por ende, su color.
¿De qué color es el oxígeno en estado líquido?
El oxígeno, cuando se enfría y pasa a estado líquido o sólido, se transforma en un hermoso y profundo color azul.
En su estado normal, el oxígeno es un gas y, como la mayoría de los gases, es incoloro. Sin embargo, cuando se enfría a temperaturas extremadamente bajas (por debajo de -183 °C), se condensa en un líquido y pasa algo fascinante: ¡se vuelve azul! Lo mismo ocurre cuando se convierte en sólido.
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¿Por qué azul?
Este color azul se debe a la forma en que las moléculas de oxígeno absorben la luz. En concreto, el gas convertido en líquido absorbe las longitudes de onda rojas y amarillas de la luz, dejando atrás el azul. El resultado es un líquido que brilla con un tono frío, sereno y celestial.
¿Para qué se usa el oxígeno líquido?
Más allá de su llamativo color, el oxígeno líquido tiene muchos usos científicos e industriales. Se utiliza habitualmente en motores de cohetes por su capacidad para reaccionar rápidamente y liberar una gran cantidad de energía.
El oxígeno líquido también es vital en el ámbito médico, ya que puede almacenarse y transportarse para ayudar a los pacientes que necesitan oxígeno concentrado para respirar.