Los tiburones aparecieron en los océanos de la Tierra hace unos 400 millones de años, en el Devónico, lo cual nos indica que son incluso más viejos que los dinosaurios.
Hoy en día existen cerca de 350 especies de tiburones en aguas saladas y dulces. Sin embargo, muchas investigaciones científicas nos muestran que se encuentran en peligro de extinción a causa de su baja tasa de natalidad y los ataques de pescadores.
¿Los tiburones son mamíferos?
No, los tiburones son peces. Sin embargo, se parecen a los mamíferos acuáticos por la forma que tienen de gestar y parir a sus crías: tal como la ballena y el delfín, los tiburones gestan a sus crías en el interior de sus cuerpos.
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Todas sus otras características nos indican que no son mamíferos. Por ejemplo:
- Tienen escamas y no pelos.
- Su sangre es fría, no caliente.
- Respiran a través de branquias en vez de pulmones.
Además, no cuentan con glándulas mamarias para alimentar a sus recién nacidos: por el contrario, el tiburón bebé se vuelve totalmente independiente una vez fuera de su mamá.
La sala de parto
Gran parte de las tiburones hembras elige la “sala de parto” donde tendrá a sus crías. Esto es válido tanto para algunas ovíparas, que deciden dónde poner sus huevos, como para las ovovivíparas y vivíparas, que eligen dónde dar a luz.
¿Cómo lo hacen? Se trasladan a puntos geográficos específicos, calmos y de poca profundidad -como las zonas costeras- y allí quedan a la espera del gran momento.
La idea de moverse hasta áreas más tranquilas es poder garantizarles a los nuevos tiburones zonas de crianza donde puedan proveerse rápidamente de alimentos y estar protegidos de ejemplares adultos y otros depredadores.
Los pequeños tiburones pueden permanecer semanas, meses y hasta años ahí, dependiendo la especie y la región.