Yoro es un pequeño municipio de Honduras, donde viven poco más de 100.000 personas, que llevan un ritmo de vida muy tranquilo. Pero, hasta dos veces por año, la ciudad aparece en la portada de todos los medios de comunicación debido a un suceso inexplicable: lluvia de peces.
Así es. Durante la temporada húmeda, que tiene lugar entre los meses de mayo y junio, luego de una fuerte tormenta, los entornos rurales de este destino y algunas de sus calles céntricas, quedan repletas de peces.
El episodio no es aislado, porque ocurre cada año y se registra desde hace más de 200 años. Además, tampoco pasa desapercibido, ya que luego de las fuertes precipitaciones, hay miles de peces pequeños y medianos en cada rincón de la urbanización.
Pero, a pesar de lo mencionado, aún no hay una explicación científica oficial que confirme por qué ocurre este extraño fenómeno en Yoro, que ya se identifica como la ciudad de la lluvia de peces y hasta tiene un evento cultural homónimo para celebrarlo.
¿En qué contexto ocurre la lluvia de peces anual de Yoro?
La lluvia de peces de Yoro ocurre en plena temporada de lluvia. Según testimonios de los habitantes de la ciudad hondureña, antes del episodio, el cielo se carga de nubes densas, interrumpidas por relámpagos y truenos, que luego dejan caer, mientras el viento sopla fuerte, una intensa precipitación que puede durar hasta tres horas.
Tras el episodio descrito, los vecinos de la zona regresan a las calles y en ese preciso momento se encuentran con un enorme manto de peces pequeños y medianos, aún con vida.
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El siguiente procedimiento es variado. Hay quienes juntan ejemplares para consumo personal, otras personas los reúnen para estudiarlos y, los que quedan, se despejan mediante el accionar del personal de limpieza local.
¿Qué teorías existen alrededor de este extraño fenómeno de Latinoamérica?
La lluvia de peces no es un evento único de Yoro, ya que en más de una oportunidad se registraron fenómenos similares, en otros lugares del mundo. En la mayoría de los casos, ocurren como consecuencia de trombas marinas, que los juntan en el mar y los arrojan en entornos urbanos.
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Ahora bien. ¿Por qué la teoría de la tromba marina no se adecua a Yoro? Porque, por un lado, los peces que caen en la ciudad de Honduras son de agua dulce y, por el otro, dado que la urbanización está a 100 kilómetros de la costa más cercana. Entonces, con el correr de los años, también se llegó a imaginar que:
- Los peces no “llueven”, sino que llegan por un río subterráneo y, debido a las fuertes precipitaciones, emergen en la ciudad. De todas formas, esta hipótesis tiene sus fallos, ya que las especies de animales que allí aparecen, no son propias del lugar.
- La lluvia de peces es producto de un milagro de un sacerdote católico español, el padre Manuel de Jesús Subirana, que al llegar a Yoro, donde pasó gran parte de su vida, observó un alto índice de pobreza y pidió un milagro para que todos puedan conseguir alimento.