La Luna es un satélite de nuestro planeta; como está atrapada por la gravedad de la Tierra, tiene que girar siempre a su alrededor, dibujando una especie de círculo.
A pesar de que la historia de amor entre la Luna y nuestro planeta existe desde hace mucho, la verdad es que no siempre fue así.
La historia de la Luna
Dicen que hace 4500 millones de años, la Tierra estaba sola. Nadie reflejaba la luz del sol en sus noches, ni influenciaba sobre sus mareas.
Hasta que un día, un cuerpo de tamaño descomunal chocó contra el planeta, dejando en la impresionante explosión una serie de “escombros” que flotaron luego en el espacio, y, con el tiempo, se acumularon y formaron la Luna.
A altas temperaturas se fundieron sus capas exteriores y crearon una corteza. Desde entonces, este satélite se enfrió y no volvió a sufrir ningún cambio grande... si no contamos los millones de meteoritos que han chocado contra su superficie, dejándole esos hermosos cráteres y marcas que pueden verse a simple vista.
La Tierra y la Luna nunca más volvieron a separarse.
Datos muy lunáticos
- La fuerza de gravedad de la Luna provoca las mareas de los océanos y estabiliza los cambios climáticos de la Tierra.
- Su superficie está compuesta de un polvo fino, al que se llama regolito.
- Sus cientos de miles de cráteres tienen tamaños muy diferentes, uno de ellos se llama Copérnico y mide 91 kilómetros de borde a borde.
- La Luna está a 300.000 kilómetros de la Tierra. Si fuéramos a la velocidad de la luz, llegaríamos en... ¡un segundo! Pero, claro, sólo la luz puede viajar a tal velocidad.
- A pesar de ser un lugar tranquilo (sin volcanes, ni tráfico, ni turistas), la Luna no es un buen lugar para pasar las vacaciones; carece totalmente de aire –o viento–, y sus temperaturas pueden ser un poco incómodas: pasan de -1100C hasta los 1300C en días calurosos.
El 20 de julio de 1969, tres astronautas llegaron a la Luna, y dos de ellos la recorrieron a pie. Desde entonces, una docena de astronautas la conocieron en persona y casi 100 naves fueron enviadas hasta allí.
A veces a la Luna le gusta esconderse. Lo hace por medio de un eclipse. Esto sucede cuando la Tierra pasa entre la Luna y el Sol. La sombra que hace nuestro planeta sobre la superficie de la Luna nos hace dar la impresión de que desaparece. Cuando la cubre solo un poco, se llama eclipse parcial. Si la sombra la cubre completamente, es un eclipse total.