En 1869 Sarmiento convocó a sesenta y cinco maestras estadounidenses. Algunas regresaron a su país poco después, pero otras se quedaron en Argentina a vivir. Las docentes debieron hacer un gran recorrido antes de llegar a sus lugares de trabajo. Como desde Estados Unidos no salían buques hacia Argentina, primero tuvieron que viajar al puerto de Liverpool (Inglaterra) y de allí a Buenos Aires. Posteriormente, según su destino, no tuvieron más remedio que recorrer durante varios días los polvorientos caminos del país para llegar a las escuelas.
¿Por qué vinieron las maestras estadounidenses a enseñar a Argentina?
Las docentes de Estados Unidos vinieron a dar clases al país por los salarios (que en un principio eran altos), la falta de trabajo en algunos estados norteamericanos, la expectativa de encontrar marido y el afán de aventurarse en algo nuevo. Todo eso se combinó con la verdadera vocación que estas maestras tenían por la educación popular. El gobierno les ofrecía un contrato por tres años. Una vez aquí, tenían cuatro meses para aprender el idioma y ambientarse, lo cual se hacía en Paraná, lugar donde se había creado la primera Escuela Normal argentina. Muchas habían aprendido castellano en su país. La distribución de las docentes fue equitativa con todas las provincias y muchas estuvieron al frente de pequeñas escuelas-rancho.
La primera maestra en llegar al país
La primera docente que llegó a Argentina fue Mary Elizabeth Gorman, quien se casó aquí y se radicó en Pigüé (provincia de Buenos Aires). Fue la abuela de la campeona argentina de natación y medalla de plata en los Juegos Olímpicos de 1936, Jeannette Campbell. Otra docente destacada fue Clara Armstrong, creadora y directora de la Escuela Normal de Catamarca que hoy lleva su nombre.