Marte es el planeta más próximo a la Tierra después de Venus y el cuarto del Sistema Solar si se tiene en cuenta su distancia con respecto al Sol. Como tiene color rojizo y es visible en determinados momentos del año, los antiguos romanos lo asociaron con la sangre y le dieron el nombre de “Dios de la guerra”. También se lo llamó “Planeta rojo”. Marte siempre fue considerado en la fantasía de los escritores de ciencia ficción como un planeta habitado por “marcianos”, término que luego se aplicó a los seres extraterrestres en general.
Marte, un planeta desolado
Lejos de estar habitado por marcianos, Marte presenta un panorama muy parecido al de la Luna: su superficie se encuentra erosionada y desértica. Los cráteres, valles y depresiones son parecidos a los del satélite terrestre, así como los volcanes. Lo diferente, en comparación con la Luna, son sus casquetes polares, que parecen estar formados por grandes cantidades de hielo. La temperatura en Marte, además, es muy fría, con una media de 46 grados bajo cero.
El volcán más grande de Marte
Entre todos los volcanes que tiene Marte hay uno que es el más alto de todo el Sistema Solar: el Monte Olimpo. Mide entre 21 y 26 kilómetros, es decir, dos veces y media la altura del Everest, la montaña terrestre más elevada.
Marte y sus dos satélites naturales
Marte tiene dos lunas girando a su alrededor: Fobos y Deimos. Son más pequeñas que la Luna terrestre y giran mucho más rápido alrededor del planeta y muy cerca de la superficie. Fueron detectadas desde la Tierra en la segunda mitad del siglo XIX.
Los canales de la superficie marciana
La superficie del planeta rojo tiene muchas estrías y surcos, como si fueran lechos de ríos ya secos. Se estima que en otra época tuvieron agua, aunque lo más probable es que se trate de huellas de lava provenientes de sus volcanes.
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