Margaretha Geertruida Zelle nació en los Países Bajos en 1876, pero Europa la conocería más tarde bajo el nombre de Mata Hari. En la Europa de principios del siglo XX, se destacó como bailarina exótica y símbolo de la sensualidad oriental, aunque poco tenía que ver con esa cultura.
Pero su fama no solo se debió a sus actuaciones. Durante la Primera Guerra Mundial, su figura cobró otra dimensión: fue acusada de ser espía doble, trabajando tanto para Francia como para Alemania, y sentenciada a muerte por la inteligencia francesa.
¿Cómo fue la vida de Mata Hari?
Margaretha Geertruida Zelle, de nombre artístico Mata Hari, nació en los Países Bajos el 7 de agosto de 1876. Su madre murió joven y, luego de ser expulsada de un instituto de maestras, se fue a vivir con su tío a los 17 años.
En 1895 vio un anuncio en un diario de que un capitán neerlandés buscaba esposa. Al parecer fue una broma de sus amigos, pero lo cierto es que Margaretha terminó casándose con Rudolph MacLeod, que era veinte años mayor y que pronto fue enviado a las Indias Orientales Neerlandesas (hoy Indonesia).
Tuvieron dos hijos, pero la relación fue tormentosa. Uno de los niños murió en circunstancias poco claras, y la otra quedó bajo la custodia del padre. Luego del divorcio, Margaretha, sola y sin recursos, se reinventó como artista en París y adoptó el nombre que la haría célebre.
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Fue bailarina y cortesana, e hizo conocer en Europa las danzas brahmánicas y orientales. Pero cuando muchos militares se fueron a la guerra, se vio sin recursos. Así, según los archivos de inteligencia y distintas investigaciones, entró al mundo del espionaje no por ambición, sino por necesidad.
Mata Hari y el espionaje: una red de sospechas
La Primera Guerra Mundial sumió a Europa en un caos donde la información valía más que el oro. En ese contexto, Mata Hari, que se relacionaba con diplomáticos, oficiales y personajes influyentes, fue vista como una posible fuente de datos estratégicos.
Francia la contrató como informante sin saber que meses antes Alemania le había hecho la misma oferta. Poco después, y por motivos que hoy serían muy cuestionados, fue acusada de ser agente alemana.
Los servicios de inteligencia franceses interceptaron mensajes codificados que supuestamente la comprometían. Sin embargo, esas pruebas fueron débiles e incluso se cree que podrían haber sido fabricadas.
Algunos historiadores aseguran que la culparon para explicar las constantes derrotas del frente francés, y que ella fue víctima de un juicio injusto. Fue ejecutada en octubre de 1917, a sus 41 años, sin que se confirmara su verdadera culpabilidad.
Hoy, muchos investigadores consideran que fue una mujer valiente que usó su imagen para sobrevivir en un mundo dominado por hombres y conflictos bélicos. A más de 100 años de su muerte, hay una pregunta que sigue dando vueltas: ¿Mata Hari fue realmente una espía doble o solo un chivo expiatorio?