A principios del siglo XX, las mujeres todavía no podían votar ni ser electas en muchos países del mundo. Pero en el Reino Unido, ese escenario empezó a cambiar tras la Primera Guerra Mundial. En ese contexto de transformación social, Nancy Astor marcó un antes y un después: el 1 de diciembre de 1919 se convirtió en la primera mujer en ocupar un cargo en el Parlamento británico.
Astor no solo enfrentó prejuicios por su género, sino también por ser extranjera: había nacido en Estados Unidos y se trasladó a Inglaterra tras casarse con el vizconde Waldorf Astor. Aunque no fue la primera mujer electa (ese título lo tiene Constance Markievicz en 1918, quien no asumió por pertenecer al partido independentista irlandés), sí fue la primera en tomar posesión del cargo.
¿Quién fue Nancy Astor?
Nancy Witcher Langhorne nació en 1879 en Virginia, Estados Unidos. Hija de una familia acomodada, se casó dos veces y tuvo cinco hijos. Su segundo matrimonio con el influyente político Waldorf Astor fue clave para su entrada en la vida pública británica.
Cuando su esposo heredó un título nobiliario y pasó a formar parte de la Cámara de los Lores, dejó vacante su banca en la Cámara de los Comunes. Nancy se presentó como candidata del Partido Conservador por el distrito de Plymouth y ganó las elecciones, lo que la convirtió en la primera mujer en ocupar un escaño en Westminster.
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¿Por qué la carrera de Astor también fue "polémica"?
Durante sus años en el Parlamento, Nancy Astor fue una legisladora activa, con posiciones conservadoras pero también con ideas reformistas. A lo largo de su carrera parlamentaria, se destacó por:
- Participar activamente en debates sobre moralidad y conducta social.
- Impulsar leyes para mejorar la vida de mujeres y niños.
- Promover el acceso a la educación y la salud pública.
Astor ocupó su banca entre 1919 y 1945 y fue una figura muy visible en los medios de su tiempo. Sus intervenciones en el Parlamento eran seguidas con atención, y no dudaba en confrontar a sus colegas varones.
Pero Astor también es reconocida por algunos pensamientos, actitudes y declaraciones polémicas. Por ejemplo, por entablar relaciones amistosas con figuras que simpatizaban con el régimen nazi en la década de 1930.
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