Existen muchos datos curiosos sobre el papa Francisco, como que era fanático de San Lorenzo de Almagro o del tango por igual. Sin embargo, pocos conocen por qué Jorge Mario Bergoglio eligió dicho nombre para asumir el cargo de sumo pontífice.
Curiosamente, de los 266 cardenales que fueron máxima autoridad de la Iglesia católica, Bergoglio fue el único que eligió el nombre de "Francisco". Te contamos por qué.
¿Por qué el papa Francisco eligió ese nombre?
El papa Francisco fue el primer latinoamericano en llegar al trono de San Pedro, y también el primer jesuita. Su papado no pasó bajo el radar, así como tampoco lo hizo su nombre, que eligió en honor a San Francisco de Asís.
En su vida personal y religiosa, la influencia de los jesuitas fue de gran importancia. Al punto de que prescindió de muchos de los lujos que ofrecía El Vaticano, y decidió llevar una vida más austera, demostrando que buscaba una Iglesia más cercana a todos los creyentes.
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Su modo de vida lo heredó de San Francisco de Asís, un santo fundador de la Orden Franciscana que vivió hace casi 1.000 años. Como símbolo de la paz, de la austeridad y de la entrega a quienes más lo necesitaban en la Italia de aquel entonces, el santo de Asís se volvió inspiración para Jorge Bergoglio.
Según contó en múltiples entrevistas, el nombre se le ocurrió luego de ser elegido por el Colegio Cardenalicio. Fue cuando se le acercó su amigo, el cardenal brasileño Cláudio Hummes, y le dijo que no se olvidara de los pobres.
¿Desde cuándo los papas eligen su nombre al asumir el cargo?
Hoy en día, es costumbre que un cardenal elija un nombre diferente al de su bautismo para asumir como máxima autoridad de la Iglesia católica. Lo primero a saber es que se trata de una tradición, y no de una obligación para quienes asuman.
Sin embargo, hay varias versiones sobre por qué ocurre esto. Algunos sostienen que se remonta a los comienzos del papado, cuando Juan I fue el primer papa en el año 523. Otros creen que la inspiración es de origen bíblico, cuando Jesús rebautizó a Simón como "Pedro".
Lo cierto es que desde Juan I, no todos los papas cambiaron de nombre. Recién se volvió una constante para el 1555, cuando llegó Pablo IV al trono de San Pedro. Y desde el principio, los nombres más elegidos son:
- Juan - 23 veces,
- Gregorio - 16 veces,
- Benedicto - 16 veces,
- Clemente - 14 veces,
- Inocencio - 13 veces.
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